Más de dos mil personas marcharon por el centro de Catamarca para reclamar celeridad en el caso del asesinato de Rocío Ubilla, la joven de 15 años cuyo cadáver apareció la semana pasada en un descampado. Las marchas de silencio retornaron a la provincia dieciséis años después de que las primeras, por María Soledad Morales, conmovieran parte del poder feudal de la provincia.

“Lo único que quiero es justicia. No voy a permitir que se infiltren intereses políticos en este reclamo legítimo”, sostuvo Ivana Ubilla, madre de la adolescente asesinada, antes de romper en llanto. De la marcha participaron la madre de María Soledad, Ada Rizzardo, y Marilyn Varela, compañera de estudios de la adolescente asesinada en 1990.

La caminata fue realizada durante el mediodía y alrededor de la plaza 25 de Mayo, frente a la sede de la gobernación y a la Catedral. Una vez finalizada la marcha, la familia de Rocío entró a la Catedral a rezar. Después, Ubilla comentó que hizo “una promesa a la Virgen del Valle para no descansar hasta que haya justicia”. Además, agradeció a la gente que marchó en manifestación por “el apoyo”, y le pidió a sus comprovincianos mantenerse “en calma y tranquilos para pedir justicia y repudiar la violencia”. Los organizadores de la marcha informaron que a partir de ahora, todos los martes al mediodía, se realizará una procesión, hasta que se resuelva el caso.

Rocío fue hallada asesinada en un descampado próximo a su casa, luego de ser buscada durante una semana. Por el caso, el único detenido es el cabo de la policía Manuel Páez.