Mientras sus hermanos seguían durmiendo, él se levantó temprano y salió de su casa. No se dirigía a la esquina donde todos los días limpia los vidrios de los autos ni tampoco a la gomería donde hace alguna changa, sino que partió decidido hasta el Juzgado Penal de Choele Choel, en la provincia de Río Negro. Esperó al fiscal de turno y cuando lo vio llegar se plantó frente a él y con sus 14 años –aunque parece más chico por su cuerpo menudo– denunció a sus padres por no pasarle alimentos.

“Fui porque no me daban nada. Yo a mi viejo lo veo todo los días, pero no nos da nada. Nosotros necesitamos ese dinero”, comentó Carlos, a quien ni la timidez ni la vergüenza le impidieron marchar hasta la Fiscalía Nº 2 y contar su historia marcada por el hambre y el abandono.

Ahora la resolución del conflicto está en manos del fiscal Miguel Angel Flores, que ya inició una causa de oficio por incumplimiento de la ley de manutención y citó a ambos padres a la Fiscalía. En diálogo con Página/12, Flores todavía recuerda sorprendido la mañana en que el propio chico acudió a realizar la denuncia. “No demostró inseguridad en ningún momento, pero creo que habrá sido muy difícil para él haber acusado de esa forma a sus padres.”

Los casos de este tipo suelen llegar a los juzgados como denuncias de uno de los padres del chico contra el otro, que en general no tiene la tenencia y al que se acusa de incumplir la cuota alimentaria. El último caso que se hizo público ocurrió en octubre pasado, cuando una madre rosarina radicada en España fue incluida en el Registro de Deudores Alimentarios Morosos por no pagar la cuota alimentaria durante once meses consecutivos, en un caso sin precedentes en Argentina por tratarse de una mujer.

El de Choele Choel es el primer caso que se conoce en el que un hijo radica una denuncia contra sus padres por este tema. El fiscal se apoya en una solución más cercana al sentido común que lo establecido en el procedimiento ordinario. “Avalado por el artículo 180 ter del Código Penal de la provincia, estoy utilizando el criterio de oportunidad, que es una herramienta que me permite buscar alternativas en situaciones especiales como éstas en las que al chico no le sirve que se inicie un juicio y que los padres reciban una condena, sino que se cubran sus necesidades”, explicó.

En esa línea, Flores ya se reunió con el padre, un jubilado de 70 años. Su argumento fue que “siempre pasó la manutención a los hijos, pero dejó de hacerlo por culpa de la Anses, que le retiró las asignaciones familiares de sus ingresos”. Luego, al final de la charla con el fiscal, el hombre se comprometió a destinar parte de su jubilación de 700 pesos a la alimentación de sus hijos. Ante la supuesta irregularidad de la Anses, el fiscal libró un oficio para que el organismo informe si efectivamente eliminó ese beneficio destinado a los menores y en ese caso por qué motivos.

En tanto, el fiscal espera recibir la próxima semana a la madre de los chicos, que ya no está en Río Negro, sino que vive con su nueva familia en Médano, un pueblo cercano a Bahía Blanca, en la provincia de Buenos Aires.

Para Carlos, con la negativa de su padre a ayudarlos y su madre lejos del hogar, comer todos los días terminó dependiendo de cuánto ganaran con las changas tanto él como sus dos hermanos mayores, de 18 y 19 años. Ellos tres tienen que encargarse de cuidar tanto a su abuela, que no tiene ningún ingreso, como a sus dos hermanas, de 12 y 15 años.

Este es el primer caso de este tipo que se recibe en la Fiscalía de Choele Choel. “Es una situación totalmente atípica que la propia víctima venga a denunciar, como también es raro que los chicos hayan sido abandonados por ambos padres”, contó el fiscal, que ya instruyó al área de asistencia social para que visite a los chicos y evalúe las condiciones sanitarias y alimentarias en las que crecen.