Un juicio oral y público por un conflicto entre dos supuestos vecinos por un aire acondicionado fue el primer paso para la nueva Justicia vecinal en la ciudad, que arrancará en 2007.
› Por Eduardo Videla
La Justicia vecinal –aquella en la que se intentarán resolver desde conflictos de consorcio y problemas de medianeras hasta casos de violencia familiar– dio ayer el primer paso hacia su puesta en vigencia en la ciudad de Buenos Aires. Un conflicto fue expuesto ante un tribunal integrado por tres jueces y resuelto en el momento, tras un simulacro de controversia vecinal, tal como ocurrirá después de que la Legislatura porteña sancione la ley que crea ese fuero. Se trató de un caso de ficción cuya observación les permitirá a los legisladores ajustar la letra fina de la futura norma, que creará un tribunal en cada una de las quince comunas en que se dividió la ciudad.
Harto del ruido que provoca el equipo de aire acondicionado de su vecino, en el piso de abajo, Juan Manuel Soto presentó una demanda en el tribunal vecinal de Palermo. El denunciado, Carlos Romero, contraatacó acusando a su vecino de arriba porque, desde que instaló un jacuzzi en su baño, una mancha de humedad le arruina el techo de su sanitario. Ambos expusieron ante el tribunal sus demandas y declararon luego cuatro testigos: la empleada doméstica del primero, un ingeniero que hace las veces de perito y dos vecinos. Luego de escuchar a todos, el tribunal dio a conocer su veredicto. Todo, en un salón colmado por más de trescientos vecinos.
La Constitución de la ciudad dice que deberá crearse un tribunal vecinal en cada comuna. “Por eso, ahora que están creadas las comunas, la Legislatura está abocada a la conformación de este nuevo fuero”, explicó a Página/12 Javier Buján, juez contravencional y de faltas, además de en lo penal, y vicepresidente de la Asociación de Magistrados porteños, que participó en la organización del rol playing de ayer.
Los tribunales vecinales funcionarán en la sede de cada comuna (actualmente Centros de Gestión y Participación Comunal) y estarán constituidos por tres magistrados, un fiscal y un defensor. Entenderán en temas de menor cuantía, como los conflictos de vecindad, medianería, propiedad horizontal, violencia familiar y protección de personas (tutelas o curadurías), temas que hoy se tramitan en los juzgados civiles, comerciales o de familia del ámbito nacional.
“Se trata de un acercamiento de la Justicia a los vecinos, tanto en lo físico, porque el tribunal va a estar en el barrio, como en lo temático, ya que los tribunales se van a ocupar de los problemas cotidianos de la gente”, agregó Buján.
El simulacro de juicio vecinal fue organizado por la Comisión de Justicia de la Legislatura, el Consejo de la Magistratura de la Ciudad, el CGPC 14 y la Fundación Contemporánea y contó con la adhesión de la Asociación de Magistrados.
Tanto jueces como legisladores confían en que la ley que crea la Justicia vecinal será aprobada en la primera mitad de 2007 y que, a partir de entonces, el Consejo de la Magistratura podrá poner el nuevo sistema en funciones. “Es cierto que hay que llamar a concurso para designar a los jueces y fiscales, pero el Consejo de la Magistratura tiene atribuciones para nombrar jueces en comisión hasta que sean convalidados o no por un concurso”, explicó Buján. “De hecho –agregó– el fuero contravencional de la ciudad funcionó cuatro años con jueces en comisión, hasta que se designaron los titulares por concurso.”
Para la Justicia vecinal regirá el sistema acusatorio –tal como lo manda la Constitución y al igual que las otras instancias judiciales porteñas–, con un fiscal que acusa, un defensor que asiste al acusado y un tribunal imparcial integrado por tres miembros. Como en los otros fueros, regirá en forma previa la alternativa de la mediación, a cargo de los mediadores de la Justicia porteña o de la Defensoría del Pueblo. No aplicará un código específico –como ocurre en otros fueros con el Código Penal o el Contravencional–, sino que podrá emplear, según la circunstancia, el Código Civil o el Comercial, o el Derecho de Familia. En cualquiera de esos casos, cuando se ponga en vigencia, deberá suscribirse un convenio de transferencia de competencia de la Justicia nacional a la de la ciudad. No se sabe aún dónde se tratarán los conflictos entre vecinos de distintos barrios.
“Los casos se podrían resolver en menos de un mes. El proceso es oral y público y se supone que cuando se inicia el juicio ya hubo una mediación que fracasó”, afirmó Agustín Pesce, coordinador del área de Justicia de la Fundación Contemporánea.
El diputado Helio Rebot, vicepresidente de la Comisión de Justicia de la Legislatura, afirmó a este diario que ya hay un dictamen consensuado entre los distintos bloques para crear la Justicia vecinal “que podría ser tratado este año o en marzo del año próximo”.
El caso debatido ayer fue resuelto por los jueces Carlos Horacio Aostri (hoy a cargo del Juzgado Contravencional y de Faltas Nº 19), Silvina Manes (de la Sala III de la Cámara de Apelaciones en lo Contravencional y de Faltas) y Ricardo Baldomar (del Juzgado Contravencional y de Faltas Nº 18 y miembro del Consejo de la Magistratura).
Al final, los jueces dieron a conocer su sentencia que, en este caso, además de razonable sonó previsible: uno de los vecinos deberá instalar el equipo de aire en un lugar donde el ruido tenga menor impacto mientras que el otro tendrá que reparar las pérdidas del jacuzzi. Y ambos están obligados a hacerse cargo de los perjuicios ocasionados.
“La Justicia vecinal permitirá solucionar estos problemas más rápido y evitar males mayores, porque una disputa vecinal puede terminar en conductas graves como amenazas o agresiones físicas”, destacó el juez Aostri a Página/12.
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