Vie 01.12.2006

SOCIEDAD  › VIOLENTO ASALTO EN LA CASA DE UN SUBCOMISARIO

La nena que salvó al padre

“No maten a mi papá”, sollozó, y corrió a abrazarlo. Así, una nena de 9 años logró ayer disuadir al grupo de delincuentes que había entrado a robar a su casa ubicada en Castelar Norte. Los ladrones habían decidido asesinar al hombre luego de descubrir que era de la Policía Federal. Finalmente se llevaron dinero, armas y vehículos, pero ninguna vida.

El subcomisario Gabriel Berard fue quien tuvo que pasar por ese trance, en medio de un asalto en el que lo golpearon salvajemente a él y a su esposa, para luego llevarse una suma cercana a los 1500 pesos, tres armas y los dos autos de la familia.

Todo comenzó cerca de la una de ayer, cuando la mujer de Berard llegaba en su auto a la casa familiar junta a su hija y fue interceptada por los delincuentes, que se movían en dos vehículos, un Volkswagen Gol y un Fox. A punta de pistola, la obligaron a abrirles la puerta de la vivienda.

El policía dormía en su dormitorio, pero al escuchar ruido, se levantó y bajó las escaleras. Lo primero que vio fue a dos personas armadas, y a una tercera encañonando a su hija. Rápidamente, lo ataron con una corbata, mientras en un rincón mantenían a la mujer y la niña apuntadas.

Luego se dedicaron a revisar la casa en busca de dinero y efectos de valor. Mientras lo hacían, abrieron un placard y descubrieron el uniforme de Berard.

Ante esto, “primero golpearon a la mujer y después se ensañaron con el subcomisario”, a quien arrojaron al piso y le pegaron varios puntapiés y culatazos en la cabeza, según revelaron fuentes de la investigación. “Me golpearon a mí y a mi marido, con los pies, con las manos y con las armas”, confirmó la esposa del policía.

Los delincuentes comenzaron a discutir: “Hay que matarlo porque después nos va a perseguir”, argumentó uno de ellos, mientras otros opinaban que debían dejarlo con vida.

Cuando algunos de los ladrones ya estaban apuntando al subcomisario, entró en acción –de manera espontánea– la nena. Se zafó de quienes la sostenían y fue corriendo hacia el papá. Lo abrazó y pronunció la frase que seguramente ninguno de ellos se podrá olvidar.

Poco después, los ladrones se fugaron y Berard denunció lo ocurrido. El subcomisario fue trasladado al Hospital Churruca por los golpes recibidos y su mujer también fue atendida, ya que sufrió un shock nervioso.

El episodio ocasionó un reclamo de los vecinos de la zona, que pidieron mayor seguridad por los constantes asaltos. “En Castelar Norte hay muchos delitos a mano armada contra la propiedad privada. Los delincuentes buscan esta ciudad por ser una zona caliente” en lo que a robos se refiere, se quejó un vecino.

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