SOCIEDAD
Las inundaciones por la subida de napas, ahora también en la ciudad
Los barrios afectados son del oeste de la Capital. Hay sótanos, subsuelos y garajes anegados. Un club perdió 350 socios porque debió suspender actividades. Los vecinos reclaman soluciones.
Hay algo que sube y no es verde. Viene bien de abajo y no son las demandas populares. Erosiona cimientos y no es la corrupción. ¿Cuál es la respuesta al acertijo? En la zona oeste de la Capital Federal todos la saben: las napas freáticas, y no se sienten afortunados de conocerla. La capa de agua más próxima a la superficie porteña está avanzando con fuerza cada vez mayor sobre subsuelos, sótanos y garajes de los barrios de Monte Castro, Villa Devoto y Villa Real, entre otros. Aunque las primeras denuncias ya tienen edad suficiente como para haber empezado a caminar por su cuenta, los vecinos aún no encontraron respuestas a sus reclamos, y, mientras esperan, deben convivir con varios centímetros de agua en sus propiedades. Por ahora, Aguas Argentinas dice que el problema no es de su responsabilidad. Y ni siquiera el ente regulador se ocupa de investigar las causas del inoportuno piletón.
Sabido es que la cuestión del agua en alza no es nueva. No lo es al menos para miles de habitantes del Gran Buenos Aires, especialmente los de las zonas sur y oeste. Desde 1995, las napas aquejan a los vecinos de los poblados municipios de Lomas de Zamora, La Matanza, Almirante Brown, Lanús, Avellaneda, Quilmes, Tres de Febrero, San Martín y Morón. También a los de San Fernando y Tigre, en zona norte. Sin embargo, ahora el problema acuoso cruzó la General Paz, invadiendo muchas de las construcciones hechas bajo tierra en algunos de los barrios más cercanos a la avenida que divide la Capital con la provincia.
“Estamos en el peor momento. Tuvimos que poner cuatro bombas extractoras para sacar el agua pero igual es imposible detener la marcha. Hoy por hoy diría que tenemos controlada temporariamente la situación, pero para nada solucionada”, comentó a Página/12 Fernando Leskovec, presidente de la Asociación Mutual Eslovena Triglav. El club que preside Leskovec, un edificio de cuatro pisos ubicado en Porcel de Peralta al 1400, en Villa Real, representa tal vez el caso más dramático. A pesar de encontrarse en una de las zonas más altas de la ciudad, a 38 metros sobre el nivel del mar, el subsuelo del club es una evidencia irrefutable de la presencia del agua subterránea. Las paredes amarillentas, el suelo mojado de algunos pasillos y el olor a humedad entristecen las instalaciones donde cerca de 700 personas, en su mayoría chicos, practican desde natación hasta fútbol de salón y básquet.
“En el último verano, cuando las napas crecieron como nunca, terminamos perdiendo unos 350 socios”, aseguró Leskovec, mientras mostraba a este diario el pozo del ascensor, donde el agua estancada alcanza el metro de altura. El club debió suspender varias de las actividades que se realizaban en los gimnasios del subsuelo, como gimnasia artística o voley. “En marzo de 2001 enviamos una carta documento a Aguas Argentinas y al Gobierno de la Ciudad. El Gobierno adjudicó la responsabilidad a la empresa y la empresa sólo se limitó a hacer un examen del agua en el que admitía que tenía características de agua de napa pero ‘modificada’, con lo que no se hizo responsable”, sostuvo Leskovec. En concreto, la respuesta de Aguas Argentinas aseguraba textualmente que “la deficiencia apuntada no es originada en redes de la compañía por lo que su tratamiento queda bajo la responsabilidad del cliente”.
Idéntica posición fue la que tomó la empresa hace una semana, cuando cerca de 300 vecinos se reunieron en el hall del Triglav para buscar soluciones al tema. “Nos dijeron que lo que sucedía al interior de las casas no era problema suyo, que como no era un problema cloacal no tenían ninguna responsabilidad y que si teníamos alguna duda lo habláramos con la gente del ente regulador”, explicó Susana Loyk, cuyo garaje de Pasaje de la Economía 6052 está inutilizado a causa del agua que brota por el piso de baldosas y las paredes de azulejos.
Por su parte, los funcionarios del Etoss aseguraron estar “observando detalladamente” la situación, aunque admitieron no haber iniciado investigación alguna. En menos de 30 días, habrá una nueva reunión organizada por los vecinos. Esperan la presencia de funcionarios “másimportantes” de Aguas Argentinas, el ente regulador y los gobiernos nacional y porteño. “Necesitamos una solución en forma urgente. Si no, esto va a parecer Venecia, pero podrida”, concluyó Osvaldo Abella, otro de los vecinos damnificados por un problema del que nadie quiere hacerse cargo.
Informe: Darío Nudler.
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