SOCIEDAD › MAS DE 170 HERIDOS SOLO EN LOS HOSPITALES PORTEÑOS
Hubo más heridos con lesiones en los ojos pero menos quemados que en la Navidad del año anterior. Los más graves son tres niños internados con daños producidos por fuegos artificiales.
La imprudencia en la manipulación de fuegos artificiales y el uso de pirotecnia “trucha” dejaron esta Navidad, en el área metropolitana, más heridos con lesiones en los ojos que en la celebración del año anterior, pero menos quemados, según la información de los hospitales especializados porteños. En total, más de 170 personas, entre mayores y menores, tuvieron que recurrir a las guardias de la ciudad de Buenos Aires, por heridas sufridas durante los festejos de la Nochebuena. “Esperábamos menos pacientes”, comentó a Página/12 Juan Roqués, médico de guardia del Hospital Oftalmológico Santa Lucía, donde permanecían internadas seis personas, entre ellos un chico de 13 años en grave estado, como consecuencia del impacto de una cañita voladora en el párpado. En el mismo hospital, dos nenes, uno de 11 y otro de 7, estaban en estado “crítico” con “pronóstico reservado” por los traumatismos sufridos por fuegos artificiales.
Al promediar la tarde de ayer, por la guardia del Hospital de Oftalmología Pedro Lagleyze habían pasado 45 heridos por pirotecnia y 14 por “corchazos” al destapar botellas. La mayoría de los pacientes provenía del conurbano bonaerense. El primero llegó unos quince minutos después de la medianoche del 24. Hubo dos casos graves que tuvieron que ser operados de urgencia, los dos por el impacto de pirotecnia: un chico de 11 años con heridas en un párpado y un varón, mayor de edad, a quién le estalló el globo ocular y perdió la visión en ese ojo. Dos nenes con heridas en los párpados, de 7 y 11 años, esperaban ser intervenidos. “Su estado es crítico: los dos tienen pronóstico reservado” en relación a cómo quedará afectada su vista, informó a este diario el médico de guardia Eduardo Albesi. Dos hombres, uno de 38 y otro de 39 años, también permanecían internados con “pronóstico reservado” y no se podía evaluar con qué secuelas podrían quedar: uno de ellos recibió un impacto en el ojo pasada la medianoche del 24 cuando estaba en la terraza de su casa, en la ciudad de Buenos Aires. Los médicos presumen que habría sido un “perdigonazo perdido, porque si hubiera sido una bala hubiera perdido el ojo”. El otro paciente sufrió traumatismos con pirotecnia.
A diferencia de años anteriores, esta vez en el Lagleyze contabilizaron en sus estadísticas de Navidad a los heridos leves. “Antes sólo se contaban los de mediana y alta gravedad pero sólo veíamos la punta del iceberg”, explicó Albesi. Con este cálculo ampliado, se superaba el número de heridos de los dos últimos años para la misma fecha, pero no se llegaba a las cifras de ’98 y ’99, dijo Albesi. En cuanto a los heridos por “corchazos”, el número de atendidos también superaba al de la Navidad de 2005: por la tarde de ayer llegaban a 14, mientras que el año anterior habían sido ocho.
En el Hospital de Ojos Santa Lucía, hasta la tarde de ayer sumaban 48 los pacientes atendidos por pirotecnia y había seis internados. “Los cuadros no son tan graves como años anteriores. Observamos que disminuyeron los heridos de clase media y aumentaron los de sectores bajos porque compran pirotecnia trucha”, comentó a este diario el médico de guardia Juan Roqués. Entre la Nochebuena y la Navidad del 2005 fueron 53. “El año pasado había bajado el número de heridos por el ‘efecto Cromañón’: hubo mucha publicidad para que la gente tuviera cuidado al manipular los fuegos artificiales”, analizó Roqués. Uno de los casos más graves que llegaron al Santa Lucía fue el de un chico de 13 años que se quemó un ojo con una cañita voladora. Anoche todavía no lo habían podido intervenir por el edema que tenía en el párpado. “Está en observación. Todavía no pudimos evaluar qué lesiones sufrió”, explicó el especialista. Por la tarde, se recuperaba de una operación ocular, aunque no se sabía con qué secuelas quedaría, un joven de 21 años que había recibido heridas cortantes con un cuchillo en una riña callejera.
“Si utilizan pirotecnia, lo aconsejable es que la compren en lugares autorizados. La mayor cantidad de accidentes ocurren con pirotecnia trucha, que al prender la mecha explota inmediatamente y no da tiempo para correrse o que no explota en un primer momento, y lo hace cuando van a ver qué pasó”, comentó Roqués. En el Santa Lucía, habían bajado el número de pacientes por traumatismos con corchos, con respecto a la Navidad de 2005: sólo 5 casos.
La buena noticia es que en el Hospital del Quemado hubo menos heridos: 43 chicos y 20 adultos hasta el anochecer de ayer. “El año pasado, a esta altura del día ya habíamos atendido 73 pacientes”, informó la jefa de Guardia, Azucena Marchioni. “No hemos tenido cuadros graves, más bien lesiones de pequeñas dimensiones en manos, brazos y piernas y todos han sido dados de alta”, señaló Marchioni. “Toda lesión por pirotecnia se debe a imprudencia o impericia. Lo ideal es no usarla, pero como sabemos que eso no es posible, recomendamos que sean los adultos los que la manejen y en estado de lucidez y no de ebriedad, y que no la pongan en los bolsillos porque la fricción los hace explotar, que la usen sabiendo que es un acto peligroso”, aconsejó.
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