Daniela tiene 15 años y su desaparición, hace 17 días, conmueve a la ciudad de Río Cuarto. Más aún desde que se sabe que su madre recibió, el lunes, dos llamadas de la chica, provenientes de la ciudad de Mendoza, que se cortaron de manera abrupta. Y desde que se supone que una mujer, con un grado de parentesco con la niña y ligada al negocio de la prostitución, está vinculada con la desaparición de la chica. Ahora se presume que Daniela es otra víctima de una red de trata de personas para la explotación sexual.

El juez de Menores de Río Cuarto, José Varela Geuna, confirmó que la niña desapareció de su casa, en Río Cuarto, el 2 de enero último. “Este juzgado intervino en la solicitud de paradero, a partir de la denuncia de la madre, pero cuando apareció la sospecha de que la pudo llevar un familiar, para ejercer la prostitución, el caso pasa al fiscal de instrucción en lo criminal”, dijo el juez a Página/12.

La sospecha, contaron fuentes judiciales, surgió a partir de una disputa entre la mujer acusada y su pareja: el hombre, frente a un policía, le recriminó que ella fuera quien se había llevado a la chica que estaban buscando. A partir de este dato, la policía comenzó a investigarla y la madre de Daniela presentó una denuncia penal en su contra.

La familia de Daniela vive en una humilde vivienda en el barrio San Cayetano. Allí, la madre recibió el lunes dos llamadas de la chica, quien le dijo que estaba en Mendoza. Los llamados, que habrían sido efectuados desde la terminal de ómnibus y desde la plaza Independencia, se cortaron abruptamente.

Las sospechas derivaron en varios allanamientos realizados el miércoles en prostíbulos y casas de masajes de la ciudad de Mendoza, que arrojaron resultados negativos. Los investigadores estimaron que, al ser detectados, los captores de Daniela la habrían llevado nuevamente a una zona vecina a Río Cuarto. Esto derivó en nuevos procedimientos, efectuados ayer en los alrededores de la ciudad cordobesa, que tampoco dieron frutos.