SOCIEDAD › CALCULAN QUE FUE ASESINADO HACE YA DIEZ DIAS
Los vecinos de su departamento en Rosario llamaron a la policía por el fuerte olor. Hay rastros de violencia, pero no hay pistas todavía de qué pasó en su departamento.
En la ciudad de Rosario, la policía investiga la muerte del contador Luis de Isla, de 47 años, quien era profesor en la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Abierta Interamericana (UAI). El cuerpo del hombre fue encontrado desnudo, boca abajo, sobre un colchón que estaba tirado en el piso, en una de las habitaciones del departamento del tercer piso de Mitre 1039, en el centro de la ciudad. El cadáver estaba en avanzado estado de descomposición, por lo que se piensa que la muerte data de al menos diez días. “El cuerpo tiene que ser sometido a frío para que se pueda realizar la autopsia. Por ahora se desconocen las causas de la muerte, aunque se presume que se trataría de un homicidio, por algunos elementos de prueba que se encontraron en el edificio”, explicó una fuente de la comisaría segunda de Rosario. Uno de los datos más fuertes es la presencia de huellas de sangre en el auricular del portero eléctrico y también en las paredes del departamento donde vivía De Isla.
Los peritos forenses estiman que el fallecimiento del hombre ocurrió unos diez días antes del hallazgo. Este se produjo en la noche del viernes, cuando los vecinos pidieron la intervención policial, alarmados por el olor nauseabundo que provenía del departamento del tercer piso. De Isla estaba separado de su mujer, tenía dos hijos y estaba viviendo solo. Su cuerpo fue encontrado boca abajo, sobre un colchón que estaba tirado en el piso de su dormitorio, y estaba sin ropas.
“El cuerpo estaba muy hinchado, despidiendo un fuerte hedor propio de la fauna cadavérica, que hacía imposible trabajar en el lugar sobre el cadáver”, explicó el jefe de la Brigada de Homicidios de Rosario, oficial principal Fabián Romero. La policía encontró rastros de sangre en las paredes de la habitación donde estaba el cadáver. “Las manchas de sangre que aparecen en las paredes del departamento dan la presunción de que podría tratarse de un crimen”, sostuvo Romero.
El jefe de la seccional segunda de Rosario, comisario Sergio Coronel, en cuya jurisdicción ocurrió el hecho, también dijo que “se presume que puede ser un homicidio”. Otros voceros de la investigación señalaron que también había huellas de sangre en el auricular del portero eléctrico del departamento. El principal Romero opinó que, a simple vista, el cuerpo de De Isla no presentaba impactos de bala ni signos de haber sido atacado con un arma blanca. De todos modos, esa primera impresión tiene que ser corroborada por la autopsia. “El cuerpo estaba irreconocible, de manera que hay que esperar lo que digan los peritos”, insistió Coronel.
El principal Romero dijo que la autopsia se hará en el Instituto Médico Legal. Los investigadores encontraron un departamento que estaba en aparente orden y a simple vista no se tomó nota de elementos faltantes. En una de las salas principales estaban los dos televisores que había en la casa y también una computadora completa. El caso es investigado por el Juzgado de Instrucción 11, a cargo, durante la feria judicial, de Hernán Postma. El recibirá en las próximas horas los resultados de la autopsia.
Para poder retirar el cuerpo de De Isla, los bomberos tuvieron que utilizar inhaladores de mentol, para contrarrestar el olor nauseabundo que había en la habitación. El departamento estaba en orden. Si alguien mató a De Isla, ni siquiera lo hizo para llevarse un bolsito de mano lleno de monedas que tenía la inscripción UAI, de la casa de estudios donde el hombre dictaba clases. “En el cuarto había muchos libros de filosofía y marketing. Todo estaba bastante ordenado. Lo único que llama un poco la atención es el detalle del colchón en el piso. Una de las claves, al margen de la autopsia, será el análisis de las huellas de sangre encontradas en distintos lugares de la casa”, explicó una fuente policial. El departamento del tercer piso tiene dos puertas de ingreso: una de servicio que lleva a la cocina y otra que permite entrar al living. “Ninguna de las entradas había sido forzada. Esto significa que, si hubo un crimen como se sospecha, el autor podría ser una persona de confianza de la víctima. Es cierto es que no puede descartarse la posibilidad de un suicidio, pero todo hace presumir que fue un crimen por cuestiones personales”, dijo uno de los investigadores.
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