SOCIEDAD › LOS FISCALES INSISTEN CON QUE DEBE IR PRESO
Tras la ofensiva en su contra, los fiscales del caso Dalmasso apelaron la excarcelación del imputado. Jueces y penalistas cuestionan el pedido de juicio político contra los investigadores.
› Por Raúl Kollmann
Los fiscales del caso Dalmasso presentaron ayer la apelación destinada a que se disponga el retorno a la cárcel del pintor Gastón Zárate. En concreto, los fiscales insisten en que las pruebas son suficientes y que la resolución del juez Daniel Muñoz, el que liberó a Zárate, es nula “por falta de fundamentación lógica y legal”. En forma paralela, el Superior Tribunal de Justicia de Córdoba, la Asociación de Magistrados y el Instituto de Ciencias Penales Comparadas se pronunciaron ayer, de hecho, rechazando los pedidos de juicio político que el oficialismo amaga presentar contra los fiscales. Esos organismos sostienen que se trataría de una intromisión de la política en una investigación que está en marcha y que se desarrolla con episodios habituales: prisión dictada por los fiscales, recurso de la defensa, liberación por parte de un juez, apelación de los fiscales a una Cámara. Por su parte, el propuesto fiscal general de Córdoba, que todavía requiere aprobación de la Legislatura, adelantó que investigará la actuación de los fiscales no bien asuma.
Los fiscales Javier Di Santo, Fernando Moire y Marcelo Hidalgo no esperaron que corriera todo el plazo para la apelación y decidieron reafirmar de inmediato que, según su óptica, la detención de Zárate tenía fundamentos. Por ello, expusieron las pruebas para que la Cámara de Acusación de Río Cuarto se pronuncie. En primer lugar, la apelación llega al juez que dictó la liberación, Daniel Muñoz, y éste le tiene que dar curso hacia la Cámara, que tarda aproximadamente quince días en pronunciarse.
Estos son los fundamentos del pedido de los fiscales para que Zárate vuelva a la cárcel:
- En primer lugar, los testimonios de personas a las que el pintor les habló de la relación y lo ocurrido con Dalmasso. Por ejemplo, hay compañeros de trabajo de Zárate que testimonian que el pintor contaba que Nora “está muerta conmigo”, “nos mandamos mensajes de texto” (aunque en el entrecruzamiento telefónico no aparecen) y comentarios por el estilo. A eso se agrega que él dijo a su amigo Carlos Curiotti que la había matado, dando una serie de detalles, algunos de los cuales no se verificaron. Zárate dijo que usó un vibrador (que nunca se encontró); que ella tenía lesiones en un codo (eso aparece en la autopsia, pero él tal vez lo pudo ver cuando trabajaba en la casa) y que entró por una ventana, algo que se reveló como la hipótesis más probable en la reconstrucción hecha la semana pasada.
La defensa de Zárate alega que el pintor es un bromista, que la mayoría de las cosas las dijo como chiste y el padre de Curiotti presentó el viernes –después que se conociera la orden de captura contra Zárate– una denuncia contra la policía por presiones psicológicas. Además, alegó que su hijo tiene una deficiencia mental. El fiscal que investiga esta última denuncia, Walter Guzmán, ordenó una pericia psiquiátrica aunque dijo que Curiotti habla y responde con normalidad.
- El segundo grupo de pruebas está referido a la ruta de los dos celulares. La novia de Zárate, Natalia, y los padres de ella, declararon en la causa que en los días posteriores al crimen él andaba con dos celulares modernos. Uno de ellos se lo regaló a la propia Natalia, pero tiró el chip al inodoro. Un día más tarde se lo pidió de vuelta y ese celular nunca más apareció. Zárate explica que el celular se lo compró a otra chica por cien pesos y que tiró el chip al inodoro para que la novia no se diera cuenta. Que en realidad el celular era de la hermana. Que tiró el chip porque era un celular viejo, cuando los celulares viejos no tienen chip y los demás testigos aseguran que el celular era moderno.
- Para los fiscales también tiene importancia la causa por violencia familiar que se inició con una denuncia de la madre de Zárate contra el pintor. En ese expediente, la madre –que ahora defiende a su hijo– pide la exclusión de Zárate del hogar porque, argumenta, llevaba mujeres al domicilio donde vivía la familia y en esas oportunidades echaba a sus hermanos y a ella misma. Para hacerlo, agredía a todos los integrantes de la familia con golpes de puño e incluso agarró a la madre por el cuello.
La madre asegura que fue un incidente menor, la novia afirma que “a Gastón se le fue la mano” y el propio pintor, en el diálogo que mantuvo ayer con el programa El Exprimidor, minimizó los hechos diciendo que los incidentes no fueron tan graves y que no conoce la denuncia de su madre. Aun con éstos elementos, es posible que la Cámara, como lo hizo el juez, sostenga que existen pruebas que por ahora son insuficientes y que se debe seguir investigando con el pintor en libertad. Ahora, casi todos los ojos miran hacia el FBI. De allí vendrá en marzo el perfil genético del homicida, sacado del fluido que parecía semen o del cabello encontrado en la escena del crimen. Ese elemento será decisivo para la causa.
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