Gastón Zárate se negó a responder preguntas. En su relato negó haberle dicho a un amigo que había matado a Nora Dalmasso y reiteró que los policías lo presionaron. Para los fiscales, fue contradictorio.
› Por Raúl Kollmann
El pintor Gastón Zárate dio ayer explicaciones sobre los elementos que supuestamente lo incriminan en la violación y el homicidio de Nora Dalmasso, aunque no aceptó preguntas de los fiscales y sólo respondió a pequeñas aclaraciones sobre su relato. Por de pronto, sostuvo lo básico: que no tuvo nada que ver con la violación y el asesinato de Norita y que es totalmente inocente de todo lo que se le atribuye. El defensor de Zárate, Enrique Zabala, se mostró más que satisfecho con la declaración del pintor e incluso mantuvo una postura categórica: “En mi primera mirada al expediente, está claro que Dalmasso no fue violada, sino que mantuvo una relación consentida. Por lo tanto es evidente que mi defendido no tuvo nada que ver con el crimen”. En la fiscalía la mirada resultó distinta: “El no aceptó preguntas, pero no hicieron falta. Con lo que dijo ya entró en suficientes contradicciones. Ahora habrá que trabajar para confirmar o desmentir su versión de los hechos. Sigue siendo el principal sospechoso”. En lo que sí hubo coincidencia es respecto del clima de la indagatoria: fue cordial y respetuosa, describieron los que participaron en ella.
Las evidencias sobre las que se pronunció el pintor ayer fueron las siguientes:
- Que le contó a su amigo Carlos Curiotti que él fue al Villa Golf Club, mantuvo una relación con Norita y que luego la mató: Zárate relató que con “Carlitos”, como le dicen a Curiotti, se la pasaban haciendo bromas e incluso se reían acusándose mutuamente de “violín”, es decir de violador. Aun en ese clima de broma, Zárate afirma que jamás le dijo a Curiotti que estuvo con Nora y menos aún que la mató. El pintor consideró que a Curiotti “lo apretaron”, de la misma manera que intentaron hacerlo con él. “En algún momento, los policías me pidieron que lo sindique a Carlitos como autor del crimen y me imagino que algo parecido le hicieron a él para que me acuse a mí.” Como se sabe, los fiscales afirman que Curiotti declaró un martes en sede judicial, la orden de captura contra Zárate se emitió en la madrugada del viernes siguiente y la denuncia por apremios se hizo recién después. Existe una causa judicial, que instruye el fiscal Walter Guzmán, en la que se investiga ese supuesto apriete. Ayer tuvieron que declarar diez policías.
- A Zárate se lo acusa de haberse robado dos celulares de la casa de Dalmasso. Su novia, Natalia, dice que en los días posteriores al homicidio el pintor le regaló un aparato muy moderno, aunque tras varias idas y venidas ella terminó afirmando que cree que no era Motorola, como el de Dalmasso. Ayer el pintor dijo que durante una mudanza le ofrecieron venderle un celular Samsung por cien pesos. Como era idéntico al de su hermana, aprovechó ese hecho para mostrarle a su novia el aparato de su hermana y preguntarle si le gustaba. En diálogo con Página/12, la novia dio otra versión: que él le regaló el celular y que días más tarde se lo pidió de vuelta. “La que no dice la verdad o se equivoca es Natalia”, argumentó ayer ante este diario el defensor de Zárate. De todas maneras, el pintor dio bastantes detalles sobre la cuestión del celular, de manera que los fiscales –que creen que Zárate incurrió en contradicciones– van a poder constatar los dichos del pintor.
- También Zárate explicó ayer por qué tiró un chip al inodoro de la casa de su familia política. “Era de un celular viejo que íbamos a habilitar en esos negocios que lo hacen por 12 pesos. No tiene nada que ver con un celular de Dalmasso”, sostuvo el pintor.
- Por último, Zárate le volvió a restar importancia a la causa en la que su propia madre lo acusó de pegarle golpes de puño, patadas e intentó ahorcarla. “Yo sólo la agarré de los hombros y la empujé para atrás”, relató el pintor. Sin embargo, el expediente y la propia madre de Zárate –que ahora defiende a su hijo a capa y espada– exhiben un cuadro de violencia extrema, al punto que se le pidió a la Justicia la exclusión del hogar del pintor, es decir que no le permitan volver a la casa. Es más, se dice que en aquel expediente de abril de 2006 hay una constatación forense de las lesiones que Zárate le produjo a su madre. Este también será un tema a dilucidar para ver cuál de las dos versiones es cierta.
Aunque los investigadores seguirán ahora con la pesquisa, es posible que la próxima novedad importante provenga de la Sala Segunda de la Cámara de Apelaciones de Río Cuarto. Es ese tribunal el que debe decidir si hay mérito para que Zárate vuelva a la cárcel o si, como dijo el juez, existen evidencias pero no son suficientes para que esté en prisión, por lo que los fiscales deben acumular más pruebas.
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