Vie 23.02.2007

SOCIEDAD  › LEYERON LA AUTOPSIA QUE COMPROBO QUE MARIA MARTA FUE ASESINADA

Un paseo por los pitutos de M.M.

La defensa pidió que se investigue cómo se filtraron imágenes de la autopsia a la televisión. No tuvo eco. En la tercera audiencia leyeron el informe de autopsia, las actas de búsqueda y hallazgo del sexto pituto y la indagatoria a John Hurtig y al médico Gordon.

› Por Horacio Cecchi

La tercera audiencia del caso García Belsunce, ayer, se desarrolló sobre la lectura del informe de la autopsia y de las actas labradas durante la búsqueda del sexto pituto en el pozo ciego del chalet de los Carrascosa, en el Carmel. También se leyó el acta de exhumación del cadáver de María Marta y una serie de informes balísticos entre los que se distinguía el estudio pericial que demostró que los seis balazos no fueron oídos desde el exterior. Después se inició la lectura de las indagatorias que derivaron en los procesamientos por encubrimiento. Se leyó la de John (Juan Carlos) Hurtig, hermanastro de María Marta, y la de Juan Gauvry Gordon, el médico emergentólogo de Paramedic que acudió primero al llamado. La importancia de la lectura no es procesal sino pública. En ella se revela tal cual se desarrollaron los hechos, sin interpretación periodística ni operaciones de ningún tipo. A todo esto, Carrascosa entró al edificio por otra puerta, puerta que viene a ser el único elemento que por ahora lo emparienta con los 20 mil presos sin condena que tiene la provincia: la que utilizan los camiones del Servicio Penitenciario.

El caso, como era de esperarse, se transformó en un gran circo, pero no ahora, con las audiencias del juicio oral, sino por traer de arrastre las expectativas de la opinión pública, para qué negarlo, cargadas de un importante acento de descrédito. Y en ese aspecto, la lectura de las pruebas, una a una, se torna imprescindible porque viene a transformar esa lectura en una publicación del caso como una especie de novela documentalista, por entregas, verídica, no de lo que ocurrió sino de cómo se fue investigando, absolutamente (o casi) limpia de impurezas interpretativas del periodismo y, mucho menos, de las partes.

Como parte de ese show, ayer, antes de iniciarse la primera lectura, la defensa de Carrascosa pidió al tribunal que se investigara cómo se filtraron imágenes de la reveladora autopsia en la que se encontraron cinco pitutos más en el cráneo de María Marta, pidió que se denunciara ante la Justicia penal y sugirió que se impidiera de algún modo. El abogado Alberto Cafetzoglus pidió al tribunal que se denunciara ante una fiscalía cómo es que habían llegado esas imágenes a la televisión mientras estaban custodiadas por funcionarios públicos (el tribunal y la fiscalía). El fiscal Diego Molina Pico intervino entonces y recordó que no se debía circunscribir a una filtración de un funcionario sino también a la defensa, que estaba en posesión de esas imágenes desde que se realizaron hace más de cuatro años. Los jueces, finalmente, sostuvieron que las imágenes estaban en circulación mucho antes de que el tribunal tomara posesión de ellas, dijo que giraría el acta para que la autoridad competente determinara si existía alguna falta y que no tenía autoridad para disponer qué es lo que debían publicar o no los medios.

Se leyó luego el acta de exhumación del cuerpo de María Marta, ordenada por el fiscal Molina Pico, luego de que el segundo médico llegado a la escena, Santiago Biasi, declarara que por el hueco del cráneo de María Marta había pasado mucho más que un grifo asesino. Siguió la lectura del informe de autopsia, realizada el 2 de diciembre, día en que se descubrió que María Marta había muerto por segunda vez, ahora de cinco balazos que guardaba su cráneo. También se leyeron las actas de búsqueda del sexto pituto calibre .32. Fue con tapones nasales, en el pozo ciego del chalet del Carmel, luego de que Horacito García Belsunce lo arrojara al inodoro una vez finalizado el sorprendente enclave familiar en el baño de la casa, durante el velorio de María Marta. Efectivamente, en las actas de búsqueda se describe a John Hurtig hurgando entre los baldes que recogía un bombero y depositaba sobre una sábana que era registrada con un detector de metales.

Posteriormente se dio lectura a la declaración indagatoria de John, y del médico de Paramedic, Juan Gauvry Gordon, quien había acudido con una ambulancia en respuesta al pedido de socorro de la guardia del Carmel. A Gauvry Gordon lo acusan de encubrimiento por permitir lavar pruebas, simular la aplicación de inyecciones de adrenalina para revivir a María Marta, intentar ocultar el hueco del cráneo, y no realizar la denuncia a la policía pese a que, con lo que le había relatado al operador de la empresa de ambulancias, éste le preguntó extrañado: “¿No vas a hacer la denuncia a la policía?”.

A John lo acusan de encubrimiento porque fue quien encontró el pituto calibre .32 y, según el fiscal, porque sabía que era un proyectil y porque participó del cónclave del baño y del lanzado al inodoro.

El martes próximo continúa la lectura de las indagatorias realizadas a principios de 2003, en el siguiente orden: Pichi Burgues de Taylor (sobreseída del caso), Sergio Binello, Guillermo Bártoli, Horacito García Belsunce, Dino Hurtig, el propio Carrascosa y Betty Michelini. Hasta ayer, la sufrida garganta del secretario del Tribunal Nº 6, Maximiliano Nicolás, llevaba leídas 167 de las 269 pruebas a leer antes de iniciar el debate.

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