Lun 26.02.2007

SOCIEDAD  › CUATRO ACUSADOS POR DOS CRIMENES DEL 19 DE DICIEMBRE

El primero de los juicios

Tres comerciantes y un vigilador privado están acusados de asesinar a un chico de 14 y a un hombre de 30, en Ciudad Evita, en diciembre de 2001. Es el primero de los juicios por los 39 homicidios.

› Por Carlos Rodríguez

Esa tarde del 19 de diciembre de 2001, Ariel Salas, de 30 años, salió temprano de su trabajo en una joyería del barrio porteño de Almagro, en Valentín Gómez 3828. El dueño del comercio lo autorizó a retirarse antes, dada la movilización popular y la represión policial que le pusieron marco a la caída del gobierno de Fernando de la Rúa. El estudiante de octavo grado Damián Vicente Ramírez, de 14, estaba ese mismo día en su casa del barrio 22 de Enero, en Ciudad Evita, partido de La Matanza. “Una vecina nos avisó que había saqueos. El portón de mi casa estaba cerrado y cuando lo abrí Damián se escapó por debajo de mi brazo. ‘Me voy a chusmear a la esquina’, me dijo y salió corriendo”, recordó a Página/12 Raquel Arrieta, la madre del adolescente. Entre las 19 y las 19.30, ocho hombres armados comenzaron a disparar contra un nutrido grupo de personas reunidas en la esquina de Cristianía y Maciel. A Salas lo mataron de un escopetazo cuando bajaba del colectivo 180. El chico Ramírez recibió un balazo disparado por una 9 milímetros. Por las dos muertes están acusados un comerciante de la zona y otras tres personas. El juicio –el primero por los 39 homicidios que ocurrieron en diciembre de 2001– comienza finalmente hoy, después de dos postergaciones debidas a “chicanas” judiciales presentadas por la defensa de los acusados.

Luis Mazzi, a quien llaman “El Tano”, es propietario de siete locales distribuidos en las calles Cristianía y Maciel. Es conocido en su barrio por sus vínculos políticos con el ex diputado menemista Alberto Pierri. En los locales de Mazzi funcionan comercios que aquel 19 de diciembre no fueron saqueados, como sí ocurrió con otros negocios de la zona. “En la esquina se habían juntado Mazzi, su mujer, el custodio Alonso Joulie, retirado de la Prefectura, y los comerciantes César Enrique Maguicha y Rafael Orellana. Todos estaban armados, todos dispararon, según dijeron los testigos que estarán en la audiencia”, adelantó a este diario el abogado Alejandro Bois, que representa a las familias de las dos víctimas. En el juicio, a cargo del Tribunal Oral 3 de San Justo, estarán en el banquillo de los acusados Mazzi, Joulie, Maguicha y Orellana.

“Mazzi tiene una imputación por homicidio simple. Sería el autor de la muerte de Salas, mientras que se cree que Joulie podría ser hallado culpable por el homicidio de Ramírez. Tanto Mazzi como Joulie están procesados y con prisión domiciliaria, a pesar de que los dos estuvieron prófugos durante varios meses. Nosotros pensamos que por haberse fugado hoy tendrían que estar en la cárcel”, sostuvo Bois. Salvo Mazzi, imputado por homicidio, que tiene una pena de 8 a 25 años de prisión, el resto de los acusados está con un cargo menor, “homicidio en riña”, sancionado con dos a seis años de prisión.

“El homicidio en riña tiene que ver con el caso de Damián Ramírez, pero no porque se piense que la víctima haya participado en el tiroteo. Está probado que sólo estaba mirando lo que pasaba, junto con su madre. La calificación se debe a que fueron muchos los que dispararon”, explicó el abogado de la parte querellante. Es posible que durante la audiencia se acceda al pedido de los abogados de la familia para que se realice una reconstrucción de lo ocurrido. Hubo cerca de 35 testigos. Todos aseguran que los agresores estaban en la vereda oeste de la avenida Cristianía, que es jurisdicción de Gregorio de Laferrère, y la gente que miraba en la vereda de enfrente, que pertenece a Isidro Casanova.

Además de los dos homicidios, tanto el fiscal de instrucción, Eduardo Castelli, como el del juicio oral, Sergio Antín, acusarán también por la “tentativa de homicidio” sufrida por Juan Manuel Oviedo, a quien según el querellante “le tiraron a matar” y por las “lesiones graves”, por herida de bala, que padeció Néstor Galván. En la cabeza y el pecho de Salas, uno de los muertos, encontraron más de 30 perdigones de una escopeta similar a la que manipulaba el comerciante Mazzi. El chico Ramírez falleció por un disparo que le atravesó el pecho. No se encontró el proyectil, pero por la distancia y las características de la herida, se presume que recibió una bala 9 milímetros. Joulie tenía un arma de esas características, aunque los testigos también dicen haber visto a Mazzi cambiar la escopeta por un arma similar a la 9 milímetros.

“Las armas no fueron secuestradas en el lugar. Algunas de las que podrían haber sido utilizadas aparecieron recién durante un allanamiento en la casa de Mazzi, sobre la avenida Crovara, a la altura de Villa Madero”, precisó el abogado Bois, citando lo que consta en el expediente. “En esa casa había un montón de armas y algunos instrumentos de los que se usan para limpiar escopetas; era casi una armería”, comentó Bois. “Algunos testigos dicen, incluso, que las armas las trajo la mujer de Mazzi.” El abogado del comerciante, Miguel Angel Pierri, pidió la excarcelación, pero el pedido fue denegado en primera y segunda instancia. De todos modos, se mantiene la medida que dispuso la prisión domiciliaria.

“Es una barbaridad que esté en su casa un hombre que estuvo prófugo durante seis meses. Tiene todas las libertades del mundo. Hace poco hizo una fiesta en su casa y a cada rato salía a pasear con el auto. Yo espero que se haga justicia”, insistió ante este diario Raquel Arrieta, la mamá del chico Damián Ramírez. “Los que mataron a mi hermano tiraron a mansalva y después dijeron que habían disparado al aire. Lo que nosotros queremos es que se haga justicia”, recalcó David Salas, hermano de Ariel.

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