SOCIEDAD
› PESTICIDAS Y SOLVENTES PUEDEN CAUSAR IMPOTENCIA
El riesgo de la brocha gorda
Científicos argentinos determinaron que las disfunciones eréctiles también pueden estar vinculadas a factores ambientales.
› Por Pedro Lipcovich
”Sí, querida, voy a pintar los muebles del patiecito y a echar insecticida en las plantas como me venís pidiendo pero, primero, fijate en esta nota de Página/12”, dirá él, para que ella se entere de que la exposición a solventes y pesticidas puede aumentar los riesgos de padecer impotencia sexual. Así lo muestra una investigación efectuada por científicos argentinos, que acaba de publicarse en una prestigiosa revista especializada internacional. En realidad, él va a terminar cumpliendo con aquellos deberes domésticos, y si tiene problemas para cumplir otros deberes conyugales no podrá echarle la culpa al patiecito porque los riesgos sólo se refieren a exposiciones prolongadas, ocupacionales. En todo caso, la investigación abre nuevas perspectivas para el estudio de la disfunción eréctil, al incorporar la consideración de los factores ambientales, cuya importancia ya se había reconocido para la esterilidad masculina. Y conduce a una advertencia: “Los pintores y mecánicos deben usar guantes, máscaras y otras pautas de seguridad; quienes más se descuidan son los que trabajan por cuenta propia”, destacó el director de la investigación.
El estudio fue realizado por un equipo que coordinó Alejandro Oliva, director del programa de medio ambiente y salud reproductiva del Instituto Universitario Italiano de Rosario, y se publicó en el Journal of Andrology, de la American Society of Andrology. Los investigadores tomaron una población de 199 hombres que habían consultado por disfunción eréctil en instituciones asistenciales de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos. Todos ellos fueron sometidos a diversos exámenes clínicos, y a todos se les aplicó el “rigidscan” (ver recuadro) para establecer si la impotencia era de origen físico o psíquico.
Del total de consultantes, 40 habían estado expuestos a la acción de pesticidas, por trabajar o haber trabajado en granjas, cría de animales o tareas de fumigación; otros 16 habían estado expuestos a solventes, por trabajar como mecánicos, pintores o en actividades madereras. El lapso promedio de exposición había sido de 12 años para pesticidas y 14 para solventes.
Del total de 199 pacientes, 26 resultaron padecer impotencia absoluta de origen orgánico. De éstos, 10 habían estado expuestos a pesticidas (ocho de ellos con frecuencia y dos ocasionalmente), y cinco habían sufrido exposición a solventes. Esto quiere decir que, en la población estudiada, para los hombres expuestos a pesticidas el riesgo de padecer impotencia absoluta fue 7,1 veces superior al de los no expuestos; y para los expuestos a solventes el riesgo resultó ser 12,2 veces superior al de la población no expuesta.
Los solventes responsables son “básicamente los que se incluyen en pinturas al aceite, sobre todo los éteres de glicol, y los que se usan en la industria metalmecánica”, precisó Oliva. En cuanto a los pesticidas, “desde ya sospechamos de los derivados del DDT, hoy prohibidos pero que son ‘bioacumulables’: permanecen en la grasa corporal durante muchos años, incluso desde la infancia, y se van liberando con el tiempo; también es posible que algunos se sigan usando pese a la prohibición, y no puede descartarse el riesgo de pesticidas actualmente permitidos; esto se precisará en una etapa ulterior de la investigación”.
¿Cómo llegan a causar impotencia estos tóxicos? “Un efecto posible es la alteración del equilibrio hormonal sobre el que se basa la erección; también es posible que afecten el sistema de vasos sanguíneos que, al llenarse, produce la erección; pueden interferir la trasmisión de los impulsos nerviosos a la zona genital o incluso producir cambios en el comportamiento de la persona: se ha demostrado que muchos agroquímicos, en exposición habitual, producen fenómenos de depresión, angustia o agresividad, que pueden comprometer la conducta sexual”, explicó el especialista. La posibilidad de curar estas formas de impotencia requiere establecer cuál de los posibles mecanismos de acción siguió el tóxico. Lo seguro es que se puede prevenirlas: “Los pintores y mecánicos deben evitar el contacto con esos solventes: usar guantes y máscaras, cambiarse de ropa y ducharse al terminar la jornada de trabajo, seguir estrictamente las normas de seguridad. El mayor problema se da con los que trabajan por cuenta propia, que en general no recurren a ninguna medida preventiva”, advirtió Oliva.
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