Jue 25.07.2002

SOCIEDAD

Un desenlace trágico en el caso del chico desaparecido en Luján

Rodrigo salió el lunes en bicicleta hacia una chacra vecina. Ayer, apareció muerto en un piletón que ya había sido revisado.

A Rodrigo le encantaba ese ternerito negro recién nacido. El lunes, como todos los días, había ido con su bicicleta hasta la chacra ubicada cerca de su casa en Luján, para ver a los animales. Pero nunca volvió. Ayer a la noche, el nene de 6 años fue encontrado muerto en un piletón lleno de basura que estaba en el mismo terreno. El lugar había sido rastrillado el mismo día de la desaparición del chico y no se había hallado nada. La policía está investigando las causas del fallecimiento.
A media mañana del lunes, Rodrigo Fernández había salido de su casa del barrio El Quinto, de Luján, para visitar las ovejas y vacas a las que daba de comer en un pequeño campo, cercano a su vivienda. Había ido en bicicleta y presuntamente habría llegado hasta el lugar donde compartió un rato de juegos con los dos chicos que vivían allí. A las cinco de la tarde, su tía decidió radicar la denuncia en la comisaría 1ª de Luján, preocupada porque el niño no había regresado y no había noticias suyas.
Inmediatamente, los vecinos, la maestra del nene y los policías iniciaron operativos de registro por toda la zona. El barrio es de clase media baja y bastante poblado, aunque separados por unas cuadras hay terrenos baldíos o pequeñas granjas. Rodrigo vivía allí con su madre y su abuela, y todos en el barrio lo conocían porque era simpático y sociable.
Lo primero que lograron encontrar, a apenas 150 metros de su casa, fue su bicicleta. Y el temor se trasladó al río que bordeaba el camino, con un ancho de 10 metros y un nivel de profundidad de entre 2 y 4 metros. Rodrigo se había criado en ese ambiente y era muy respetuoso del río, por lo que no había demasiado consenso en la idea de que se hubiera caído. De todos modos, miembros de la Prefectura Naval se encargaron de rastrearlo en la corriente de agua pero no obtuvieron resultados positivos.
La Red Solidaria se había sumado a la búsqueda junto a la organización Missing Children, e incluso su titular, Juan Carr, había ido a conocer el lugar ayer por la tarde. “Todos están trabajando muy bien”, dijo a Página/12 cuando todavía no se había descubierto el cuerpo. Sin embargo, a Carr le extrañaba la falta de pistas sobre el caso porque en general “la gente llama a nuestros números para informar, aunque se equivoque”.
Durante el día habían corrido distintas versiones. Una hablaba de una mujer que habría visto pasar al chico y detrás de él a un hombre en bicicleta. Otra mencionaba la aparición de un auto con vidrios polarizados donde alguien se lo habría llevado. Mientras tanto, los vecinos guiaban por todos los rincones a las fuerzas de seguridad que rastrillaban la zona y los perros entrenados de la policía perdían el rastro en cercanías del río. También dos psicólogos se habían entrevistado con dos amigos de la víctima, que habían manifestado estar “asustados”.
Finalmente, alrededor de las 19.30 llegó la orden de un juez de vaciar completamente la pileta que ya había sido revisada anteriormente. Cuando los buzos tácticos lograron hacer a un lado las ramas y la basura que la cubrían, descubrieron muerto a Rodrigo. Y los vecinos que habían dado vuelta el barrio para encontrarlo estallaron en llanto.

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