La cola de personas esperando, impacientes, para retirar dinero del cajero automático y regresar a la sala de juego –de la que lo separan unos metros– se repite en cada casino o lugar de apuesta. Esta escena tiene los días contados. Una resolución de la Justicia de Faltas de La Plata ordenó a la empresa Codere, encargada de la explotación del bingo de esa capital, que retire en un plazo de cinco días de su interior el expendedor de billetes, por considerar que favorece el juego compulsivo. En su fallo, el juez Dante Rusconi sugirió además al gobierno provincial que extienda la medida a todo el territorio bonaerense.

La protección de la salud y el cuidado de los intereses económicos de los usuarios fueron los derechos, amparados en la Ley de Defensa del Consumidor y la Constitución Nacional, sobre los cuales se basó el magistrado para fundamentar su dictamen. El objetivo de su decisión es prevenir el aumento de casos de juego compulsivo, o ludopatía, como también se conoce a este trastorno que empuja a las personas a un incontrolable impulso a jugar.”Esta afección actúa sobre la voluntad y el raciocinio del jugador, altera su percepción de la realidad y su escala de valores, y el más elemental sentido común indica que quienes padezcan esta enfermedad encontrarán en los cajeros automáticos un factor predisponente para el desarrollo de esta adicción”, detalló Rusconi.

El magistrado analizó que muchas de las personas que concurren a una sala de juego adoptan lo que podría denominarse un “mecanismo reflexivo de autopreservación de su patrimonio”, que consiste en llevar consigo sólo la cantidad de dinero que, antes de ingresar, consideran “razonable” apostar, para resistir la tentación de jugar o gastarlo todo.