SOCIEDAD
› RESCATE DE 100 MIL PESOS POR UN CHICO DE 14 AÑOS
Un secuestro multiprovincial
El rapto ocurrió en Córdoba, pero el rescate se pagó en Buenos Aires. Y hubo llamados desde Mendoza. Los secuestradores se lo llevaron de su casa. Tras 60 horas de cautiverio, fue liberado.
› Por Carlos Rodríguez
Una banda “multiprovincial y superprofesional”, según dijo la policía cordobesa, mantuvo secuestrado más de 60 horas a un joven de 14 años por cuya vida su familia pagó una suma que según las fuentes oficiales rondó los 100.000 pesos, aunque otra versión dice que fue más del doble. El chico había sido secuestrado en la madrugada del miércoles y fue liberado ayer en buen estado de salud. Lo encontraron, encapuchado y maniatado, en la periferia de la ciudad de Córdoba y aunque el caso tuvo final feliz, la policía provincial está intrigada por las circunstancias particulares del secuestro. Está probado que actuó una banda con ramificaciones en la provincia de Buenos Aires y en Mendoza. En el sur del Gran Buenos Aires se entregó el maletín con el monto del rescate y hubo varios llamados telefónicos “donde se mezclaban los acentos, del porteño al mendocino y al cordobés”, dijo una fuente policial. El caso empezó con el robo y el copamiento por tres horas de la casa familiar, en pleno centro de Córdoba.
Aunque la policía estuvo sobreaviso desde el primer momento, el caso no había llegado, hasta ayer, a los medios. A las dos de la mañana del miércoles, un grupo de al menos siete personas ingresó por la fuerza en un edificio de Buenos Aires 315, en la zona sur del centro cordobés. Fueron directamente al octavo piso, donde vive la familia del chico secuestrado, cuyo nombre se mantiene en reserva. La madre es accionista del Banco Julio, una entidad privada pequeña con predicamento a nivel provincial. El primer objetivo habría sido el robo, pero como sólo encontraron 50.000 pesos en efectivo y joyas, los ladrones permanecieron tres horas en la casa, hasta que decidieron secuestrar al chico, mientras dejaron maniatados y amordazados a los demás miembros de la familia.
Algunos vecinos escucharon ruido y avisaron al portero, quien al tratar de intervenir recibió un culatazo y terminó encerrado en el mismo departamento. Lo mismo le ocurrió al hijo del encargado, quien fue a la casa de la familia a buscar a su padre y fue apresado. Los delincuentes se llevaron al chico, que es estudiante secundario y pasó las peores vacaciones de invierno de su vida. Casi de inmediato comenzaron las negociaciones y los secuestradores pidieron un rescate inicial de 400.000 pesos. El primer dato desconcertante fue que el teléfono celular utilizado como referencia, que pertenece a Gustavo Jalil, tío del adolescente, comenzó a recibir llamados desde Buenos Aires y Mendoza.
Luego de complicadas negociaciones, los interlocutores de la banda aceptaron una suma menor y para terminar de desorientar a los investigadores, acordaron que el rescate se pagara en el Gran Buenos Aires. El operativo fue conducido personalmente, en esta instancia crucial, por el fiscal de instrucción Alejandro Moyano, quien viajó a Buenos Aires acompañando al padre del adolescente. Siguiendo el plan trazado minuto a minuto, por vía telefónica, llegaron en auto hasta la estación Avellaneda de la línea Transporte Metropolitano Roca y allí subieron a un tren. La valija con el dinero fue dejada en la estación Burzaco. Por pedido de los secuestradores, la mayor parte del dinero fue pagado en Lecor, los bonos que circulan en Córdoba. Eso confirmaría, según las fuentes policiales, que la banda es “esencialmente cordobesa”.
El adolescente, que es delgado y mide 1,65, fue encontrado a las 15 de ayer en una calle de tierra cercana al cruce de la avenida de Circunvalación con el puente de la calle Vélez Sarsfield, en el acceso sudoeste a la ciudad de Córdoba. Lo encontró el dueño de un taller mecánico, quien relató a la policía que estaba “con las manos atadas y encapuchado”. Se lo veía “totalmente desorientado y nervioso”, al punto que ni siquiera había intentado soltarse las ligaduras. Tenía puesto el mismo buzo y el mismo pantalón, ambos de color azul, que tenía la madrugada del secuestro. “El chico está bien, pero ahora tiene que descansar y recuperarse de lo vivido”, informó a Página/12 el comisario Carlos Altamirano, de la policía cordobesa. Lo primero que hicieron los vecinos que encontraron al chico fue llamar al celular de Gustavo Jalil, quien luego comentó a los periodistas que la banda había cumplido “con todo lo pactado”. Algunos de los secuestradores actuaron a cara descubierta cuando entraron a la casa de la calle Buenos Aires. La policía se orienta a buscar entre los que alquilaron casa para las presentes vacaciones. En una de ellas habría permanecido el chico, que “en ningún momento salió de la provincia”, aseguró Altamirano.