SOCIEDAD › DESCUBREN UN TUNEL DE CIEN METROS PARA ROBAR UN BANCO EN CIUDADELA
Los ladrones iban a robar el Banco Provincia. El túnel ya llevaba cien metros. Venían trabajando desde hacía seis meses y tenían para dos más. Los investigadores no descartan la complicidad de algún miembro de una fuerza de seguridad o de inteligencia. Fotos exclusivas del boquete.
› Por Raúl Kollmann
El túnel más extenso de la historia delictiva argentina fue descubierto este fin de semana por investigadores de la Policía Bonaerense, aunque –extrañamente– ninguno de los boqueteros que hace seis meses trabajan bajo tierra pudo ser detenido. El túnel tiene ahora casi cien metros, pero el cálculo es que el robo al Banco Provincia de Ciudadela se iba a hacer una vez terminada la obra, aproximadamente en julio. En ese momento, la extensión subterránea llegaría a los 130 metros. Existe algún dato que lleva a los investigadores a relacionar a la banda con algún miembro de una fuerza de seguridad o de inteligencia, como de hecho ya ocurrió en otros casos de robos con boquetes. Los delincuentes compraron la casa desde la cual se construía el túnel y alguno de los que figura como comprador tiene relación con alguna fuerza. Eso sí, ese aspecto de la pesquisa es mantenido en absoluta reserva, aunque promete producir escándalo.
En los primeros meses de 2006, los boqueteros compraron una casa en mal estado en Santa Juana de Arco 3985, Ciudadela. Del lado de afuera no se produjeron demasiadas remodelaciones, pero cuando la policía entró durante el fin de semana, encontró que la vivienda se había convertido en una especie de cuartel central de la construcción del túnel y distribución de la tierra que se iba sacando desde las profundidades. Por ejemplo, había una serie de agujeros hechos en el piso de la planta de arriba, es decir que subían la tierra por una roldana y luego, a través de los agujeros, se distribuía la tierra en las habitaciones de la planta baja.
La propiedad boquetera está ubicada más cerca de un Banco Credicoop que del Banco Provincia de Ciudadela. Sin embargo, el objetivo parece que era este último, porque la orientación del túnel esquivaba el Credicoop y se dirigía al Provincia. Tal vez los delincuentes tenían datos fidedignos de que podrían llevarse más dinero de allí.
No está claro si las obras empezaron en agosto o en octubre, pero sí es seguro que el túnel se construye desde hace seis meses y que se tardaría otros tres en acceder al Banco Provincia. Los buzos que trabajaron en el caso sostienen que podría estar prevista una salida del túnel en el Arroyo Maldonado, ubicado muy cerca de allí, repitiendo entonces el sistema de huida que se concretó en el caso del Banco Río de Acassuso.
Uno de los grandes problemas que tienen los boqueteros es el movimiento subterráneo, tanto de personas como de la tierra. Para ello, esta banda construyó un túnel con el piso de madera, lo que les permitía moverse en una especie de patinetas en las que iban como acostados y se deslizaban con mucha facilidad. Así se trasladaban para seguir trabajando y así transportaban también la tierra, con carritos en el recorrido dentro del túnel, que tenía un declive premeditado, y subiéndola en roldanas hacia adentro de la casa de la calle Santa Juana de Arco.
Según lo que trascendió de la investigación, varios efectivos de la Bonaerense percibieron movimientos extraños en la vivienda y así empezó la investigación. Sin embargo, resulta menos explicable que ninguno de los boqueteros haya terminado entre rejas. “Alguien les avisó o se dieron cuenta de que los estábamos vigilando”, se argumenta desde las filas policiales. Se sabe, de todas maneras, que al menos uno de los integrantes de la banda está identificado y se mantiene un cerrado silencio respecto de las eventuales vinculaciones del caso.
Las dimensiones del túnel, el hecho de que la vivienda se haya comprado, no alquilado, el uso de cantidades importantes de madera y el período de un año que va desde que empezaron el plan hasta el eventual robo hacen presumir que alguien hizo una inversión enorme. Habrá que ver qué sucede con la pesquisa en las próximas semanas, pero queda una serie de interrogantes de mucho peso: quién puso el dinero y por qué se escaparon los integrantes de la banda.
En los dos grandes golpes boqueteros de la Argentina, el caso del Banco Río de Acassuso y el del Banco de Crédito Argentino en Las Heras y Callao, los delincuentes se llevaron cifras que están, en cada caso, por encima de los diez millones de dólares. De ese total, lo que la Policía recuperó fue mínimo.
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