Las sospechas de los operadores de emergencias de OSDE y Paramedic de que la muerte de María Marta había sido más que un simple accidente doméstico, la pérdida de masa encefálica como detalle indicativo de un diagnóstico de violencia y el dato de que al día siguiente entre los vecinos del Country Carmel ya se hablaba de mazazos pintaron ayer ante los jueces, de algún modo, el escenario en el que Carlos Carrascosa empezaba a proponer la idea de que su esposa se había golpeado accidentalmente.

El juicio por el homicidio de MM continuó ayer con los testimonios de Sandra Fabiani, secretaria de administración del Country Carmel, y cinco operadores telefónicos de la obra social OSDE y la empresa de emergencias Paramedic (para la que trabajaba el médico Juan Gauvry Gordon, uno de los imputados de encubrimiento), que atendieron administrativamente las llamadas de Carrascosa pidiendo una ambulancia.

Víctor Siwulec, de Paramedic, que en la conversación telefónica había hablado de “muerte dudosa”, explicó a los jueces que “al caer de la bañadera desde su propia altura es muy difícil que haya un traumatismo con pérdida de masa encefálica”.

“Qué, ¿la cagaron a palos?”, le preguntó a Siwulec ese día por teléfono Guillermo Piermattei, operador de OSDE, cuando aquél le describió el cuadro de la víctima. Piermattei explicó ayer a los jueces que hizo esa pregunta luego de escuchar el “diagnóstico de pérdida de masa encefálica. El mecanismo de muerte –dijo al tribunal– tiene que haber sido evidentemente violento. Para que haya pérdida de masa encefálica tiene que haber un estallido”. Entonces, Piermattei dio aviso a su superior en la mesa de urgencias de OSDE, Raúl Enrique Salazar.

Salazar se presentó ante los jueces como el operador más experimentado de OSDE. Ayer declaró que, luego de la comunicación de Piermattei, volvió a comunicarse con Paramedic para cerciorarse si habían avisado a la policía. “No parecía tan normal que hubiese pérdida de masa encefálica”, dijo Salazar. Desde Paramedic, entonces, le respondieron que el médico (Gauvry Gordon) no había avisado a la policía. “¿No tienen obligación de hacer eso?”, dijo que preguntó, extrañado, Salazar. El jefe de operadores aclaró que los traumatismos de cráneo son habituales en las emergencias, pero no ocurre lo mismo cuando se trata de pérdida de masa encefálica.

Tanto Piermattei como Salazar coincidieron a su turno ante los jueces que es obligación del médico interviniente dar aviso a la policía. Gauvry Gordon solicitó a su operador que dieran aviso a OSDE, pero no efectivizó la denuncia policial. Declaró también Fernando Barese, operador de OSDE, quien recibió el llamado de Carrascosa a las 19.07 y dio aviso a Paramedic. Lo atendió Alicia Rolero, quien también declaró ayer, quien ordenó a la ambulancia que transportaba a Gauvry Gordon que se dirigiera al Carmel con “código rojo” (riesgo de vida). A esa altura, los operadores no sabían que María Marta había muerto y Carrascosa había dicho que todavía respiraba.

Por último, declaró la secretaria administrativa del country, Sandra Fabiani, que ocupa ese cargo desde hace 15 años y 4 meses. La testigo, intachable porque los mismos socios de Carmel le mantienen su confianza, sostuvo que “enseguida empezó a decirse que había algo raro, que no había sido una muerte accidental”, y ubicó esos primeros comentarios mucho antes de que se realizara la autopsia: los dos días subsiguientes al fallecimiento de MM ya los vecinos dudaban muy fuertemente de la versión de la familia. “Algunos hablaban de golpes en la cabeza, de mazazos y de pérdida de masa encefálica”, sostuvo.