SOCIEDAD › UNA CASA SE DERRUMBO POR LA CONSTRUCCION DE UNA TORRE VECINA
Una casa en Caballito quedó semidestruida por el pozo cavado al lado para levantar un edificio: el cuarto caso en tres semanas.
› Por Carlos Rodríguez
La casa tenía el aspecto sólido de las edificaciones que se levantaron a principios del siglo pasado. Ayer por la mañana, a las 6.30, en pleno sueño, el matrimonio que habitaba la vivienda de Pedro Goyena 1654, en el barrio de Caballito, se despertó por el estruendo. Una de las paredes laterales, la que da a la calle Thorne, se había desplomado por completo. Como si se hubiera levantado un telón, el hombre y la mujer quedaron al desnudo, a merced de la tormenta que azotaba a la ciudad de Buenos Aires. Como en un set de filmación, desde la calle podían verse la cama de roble de la planta alta y el perfil del placard, el jardín cubierto, el trazado de las escaleras. El gobierno porteño hizo responsable por lo ocurrido al arquitecto que comanda la obra en construcción, un edificio de 11 pisos, que se está haciendo en el terreno lindero a la casa afectada. El hoyo abierto para los cimientos de la nueva torre dañó la medianera que se derrumbó. Los escombros provocaron heridas y contusiones al dueño de casa y al sereno de la obra, mientras que la esposa del propietario sufrió un ataque de nervios y fue internada. El matrimonio fue obligado a dejar la casa, pero no se trataba de un reality show.
Una versión, no confirmada, dice que el dueño de casa, que estaba acostado, cayó desde la planta alta hasta el pozo que se abrió en el terreno vecino, de 414 metros cuadrados, para levantar la torre de 11 pisos. Durante la mañana, varias voces se alzaron para señalar al gobierno porteño como responsable de lo ocurrido. Por la tarde, en un comunicado, el Ministerio de Gobierno dijo que el lunes, horas antes del suceso, la obra en construcción había sido recorrida por el inspector Alejandro César Salvia, un arquitecto de la Dirección General de Fiscalización de Obras y Catastro. En esa ocasión “se detectó la falta de cumplimiento de medidas de seguridad en relación a (las) tareas de excavación y submuración” previstas en el Código de Edificación.
Por ese motivo, se había ordenado “paralizar la obra, a excepción de las tareas necesarias para la reparación de lo observado”, es decir las acciones tendientes a subsanar el “incumplimiento de los artículos” del Código de Edificación que contemplan tres aspectos centrales: 5.2.2.2 “excavación que afecte a un predio lindero o a vía pública”, 5.2.2.3. “excavación que afecte a estructuras adyacentes”, y 5.2.2.6. “ejecución de excavaciones”. El acta de inspección fue notificada, según el gobierno porteño, al arquitecto Roberto Oscar Alegre, director y ejecutor estructural de la obra en construcción.
En el parte oficial se admite que el 16 de febrero de este año, por la línea gratuita 103 de emergencias, se había recibido el alerta de un vecino que manifestó que “la obra genera riesgos edilicios” en las casas lindantes. El sábado 17 de marzo se registró un nuevo llamado, al mismo número, “de idénticas características” al anterior. Una fuente del Ministerio de Gobierno sostuvo que la responsabilidad principal le cabe al arquitecto Alegre, quien podría sufrir “una suspensión de su matrícula por el término de cuatro a seis años”. También le podrían corresponder sanciones a la empresa constructora Credil SRL, cuyo apoderado es Armando José Dos Ramos, con domicilio en la calle 15 número 1437, de la ciudad de La Plata. El proyectista de obra es el arquitecto Juan Carlos Fervenza y el calculista es el ingeniero Federico Mendivil.
Marcelo Meis, de Recrear, titular de la Comisión de Vivienda de la Legislatura, consideró que “es claro que la responsabilidad recae sobre el director de obra, pero también es cierto que si el gobierno porteño detectó las deficiencias, debió haber clausurado de inmediato las obras a manera de prevención, porque pudo ocurrir una tragedia”. La diputada del ARI Teresa de Anchorena, presidenta de la Comisión de Patrimonio Arquitectónico, consideró que “es urgente escuchar los reclamos de los vecinos y debatir públicamente sobre la ciudad en la que queremos vivir”, aludiendo a las protestas de organizaciones del barrio de Caballito contra la construcción indiscriminada de edificios en torre. El director del Ente Regulador de la Ciudad sostuvo que es necesario “ponerle límites y controles a la construcción indiscriminada de torres”.
El matrimonio que vivía en la casa de Pedro Goyena fue internado en el Hospital Piñero, el hombre con politraumatismos y su esposa con una crisis nerviosa. Los dos fueron derivados luego al Hospital Naval, donde se les dio el alta. Se alojaron en la casa de unos familiares, en Quintino Bocayuva y Venezuela. El sereno de la obra fue llevado al hospital Durand, porque había sufrido heridas cortantes y golpes. Ayer por la tarde, los vecinos de Pedro Goyena y Thorne no salían de su asombro. “El ruido que se sintió fue terrible y la mujer salió al balcón para pedir auxilio. Cuando vimos lo que había pasado, no lo podíamos creer. Vivían en una casa tan linda y se quedaron a la intemperie. No se puede creer”, dijo María Rosa, una vecina del edificio de Pedro Goyena 1668.
El director de la Guardia de Auxilio porteña, Claudio Pascali, que anoche encabezó una inspección de la casa afectada por el derrumbe, insistió en que el problema “se debió a una mala praxis del arquitecto a cargo de la obra en construcción”. Pascali confirmó que el edificio data de 1920 o 1930 y que ahora será necesario “hacer una evaluación muy fina para saber si está en condiciones de ser reconstruido”. Una vecina dijo que el matrimonio afectado está “aterrorizado”. La mujer, tomándose la cabeza, concluyó: “Es como si hubieran sufrido un terremoto”.
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