El cura Julio César Grassi tiene once nuevos cargos en su contra, acusaciones por los delitos de abuso sexual agravado y corrupción de menores, que ya tienen pedido de elevación a juicio oral por parte de la fiscalía de Morón, a cargo de la investigación de la causa. Esto quiere decir que para el fiscal Matías Rapazzo ya ha concluido la investigación y están reunidos los elementos suficientes como para que el caso se debata en audiencias públicas. La causa cuya instrucción acaba de cerrarse es una de las tres que pesan sobre el sacerdote que presidía la Fundación Felices los Niños. La primera –por abuso sexual de dos chicos– ya espera fecha para juicio oral y, según fuentes judiciales, podría sumársele ésta para la instancia definitiva. La restante se tramita en los tribunales de Santa Cruz.

El fiscal general del departamento judicial de Morón, Federico Nieva Woodgate, informó ayer que el titular de la UFI 7, Matías Rapazzo, elevó a juicio oral diez casos de abuso sexual agravado y uno de corrupción, todos ellos cometidos contra uno de los colaboradores más estrechos de Grassi, un joven llamado Luis, que en el momento de cometerse el presunto delito era menor de edad. (Pese a que hoy es mayor de edad, este diario no publicará su apellido por tratarse de una víctima de un delito contra la integridad sexual.)

El fiscal Rapazzo consideró que reunió suficientes elementos de prueba como para solicitar al tribunal de Morón la elevación a juicio oral de esta nueva causa, que se inició a mediados del año pasado, cuando Luis denunció los abusos a los que habría sido sometido por el sacerdote. A todos los delitos se los considdera agravados por las condición del sacerdote de ser cuidador de los niños en la Fundación que presidía.

La causa que dio origen a la primera investigación se inició en octubre de 2002 cuando dos menores, bajo los seudónimos de “Gabriel” y “Ezequiel”, denunciaron en el programa Telenoche Investiga haber sido víctimas de abusos sexuales por parte del sacerdote. Luego, se abrió otra causa en la que Luis denunció haber sido abusado cuando era menor de edad durante un viaje que Grassi hizo a la localidad santacruceña de El Calafate, junto a un grupo de niños. Esa investigación se tramita en un juzgado de Santa Cruz.

La tercera causa es la que ahora fue elevada a juicio oral y que se inició con la denuncia que realizó el propio Luis en julio del año pasado, en la que acusó a Grassi de haber cometido abusos en once oportunidades en la sede de la Fundación Felices Los Niños, a partir de 2000.

Luis, que estuvo internado en la Fundación entre 1998 y el 2003, era “uno de los jóvenes públicamente conocidos por su cercanía al cura y por los privilegios que éste le dispensaba, por sobre los demás internos”, destacó una fuente cercana la causa.

En esa ocasión, Luis denunció ante el fiscal Rapazzo que fue forzado por el sacerdote a mantener actos sexuales en la cama de la habitación que Grassi tenía en la Fundación. “Estaba con el pene erecto, ya que lo sentí”, relató el chico, en su declaración. Según el fiscal Rapazzo, los elementos recolectados en la instrucción de esta causa le permiten afirmar “que los dichos de la víctima son verídicos y que deben por ende ser ventilados en juicio oral”, según destaca el escrito elevado al tribunal de Morón.

El fiscal general Nieva Woodgate destacó que en esta nueva causa “fue agregada la única pericia psiquiátrica a la que accedió someterse Grassi”, efectuada por peritos nombrados por el juzgado de El Calafate, y que concluye que el sacerdote posee el perfil de un “delincuente sexual”. Esa pericia, realizada en 2005, no había podido ser incorporada hasta ahora en el juicio principal, en el que Grassi se negó sistemáticamente a someterse a una pericia psiquiátrica.

Nieva Woodgate afirmó, además, que el fiscal Rapazzo también solicitó a la defensa de Grassi que el sacerdote se realice pericias psiquiátricas por esta nueva acusación, pero el religioso se negó. El fiscal general de Morón destacó que “no se puede hablar de plazos para la realización de este juicio oral, ya que ahora el tribunal tiene que comunicar a la defensa y ésta puede presentar la oposición que crea pertinente”.

Juan Pablo Gallego, abogado querellante, dijo que “la estrategia de Grassi de dilatar indefinidamente el comienzo del juicio oral constituye un escándalo jurídico sin precedentes”. El letrado, que representa en el juicio al Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño (Casacidn), presidido por Estela Carlotto, aseguró que “ahora la situación procesal de Grassi es más grave”.

“Ante el relato de una nueva víctima, el acusado deberá enfrentar ahora 17 cargos por abuso sexual, corrupción de menores y amenazas coactivas”, puntualizó Gallego.

Fuentes vinculadas con la causa dijeron que “por conexidad es probable que se unifiquen las causas y Grassi sea juzgado por la totalidad de los hechos en un solo proceso”. En efecto, tanto en el caso de Ezequiel y Gabriel –que acumulan seis denuncias de abuso agravado– como el de Luis –que comprende los mencionados once casos– corresponden a los mismos delitos, que habrían sido cometidos en el mismo escenario: la sede de la Fundación Felices los Niños. El sacerdote está imputado por “abuso sexual agravado en concurso ideal con corrupción de menores, agravada por la condición del sujeto activo”.

La primera causa, creada en 2003, estuvo a punto de llegar a juicio oral. Pero una denuncia contra el tribunal que debía llevarlo a cabo, por presunta parcialidad, obligó a su suspensión y a la designación de un nuevo tribunal.

Los diecisiete cargos que sobrelleva –abuso sexual, corrupción de menores y amenazas coactivas– podrían representar, si es considerado culpable, una condena a 25 años de prisión.