SOCIEDAD
› PREOCUPACION OFICIAL POR EL SECUESTRO. SOSPECHAN DE LA POLICIA
El caso Peralta llegó hasta Olivos
Ayer, mientras la policía buscaba en Ezeiza rastros del joven secuestrado hace 25 días, los Peralta fueron recibidos en la Casa Rosada. Chiche Duhalde los contactó con Felipe Solá y Juan Pablo Cafiero. Crecen las versiones de una participación policial.
› Por Carlos Rodríguez
A 25 días del secuestro, pero a escasas 24 horas de su difusión pública masiva, el caso de Diego Alberto Peralta, de 17 años, llegó a la Casa de Gobierno de la mano de la primera dama, Hilda “Chiche” Duhalde, quien antes recibió a los familiares en su casa particular de Banfield. En la Rosada, “Chiche” ofició de anfitriona y actuó como nexo entre Luis Alberto Peralta, el papá de Diego, el gobernador bonaerense Felipe Solá y el ministro de Seguridad provincial, Juan Pablo Cafiero, quienes prometieron ocuparse personalmente del tema. El golpe mediático sirvió también para reactivar la búsqueda del chico secuestrado que sigue sin aparecer. Ayer se realizó un rastrillaje en un predio de mil hectáreas ubicado cerca de la Unidad 19 de mujeres, en Ezeiza, pero el resultado fue negativo. Para ensombrecer más el panorama, se confirmó que un policía que actuó en los primeros días de la investigación, luego fue detenido y acusado por robo y extorsión, en otra causa. Eso hizo renovar las versiones sobre una eventual participación de policías en el caso.
“No tenemos ningún indicio que lleve hacia esa hipótesis”, le dijo a Página/12 una alta fuente de la Policía Bonaerense, respecto de la posibilidad de que en el caso de Diego Peralta hayan tenido intervención tres miembros de la Brigada de Investigaciones Complejas de Lomas de Zamora que el 22 de julio fueron acusados de haber cometido el secuestro extorsivo del hijo de un comerciante en la localidad bonaerense de Rafael Calzada. Sin embargo, fuentes de la Policía Federal, que también participa en la investigación, admitieron la existencia de un informe preliminar que mencionaba esa posibilidad. Dos policías de la Brigada de Lomas, Aníbal Masgoreet y Hernán Palomeque, fueron detenidos el 22 de julio por otro secuestro extorsivo y un tercer miembro del cuerpo todavía sigue prófugo.
El 5 de julio, cuando fue secuestrado Diego Peralta, esos tres hombres estaban todavía en la Brigada de Lomas, que interviene desde el inicio en la investigación del caso Peralta. Lo que sí se confirmó es que un cuarto policía, que estuvo abocado al caso del chico raptado en la localidad de El Jagüel, fue detenido el 11 de julio por estar involucrado en el robo y extorsión de un comerciante de Monte Chingolo. El detenido es el subcomisario José Alberto Hernández, que intervino en el caso Peralta porque pertenecía a la subdelegación Esteban Echeverría de la Bonaerense, el destacamento policial más cercano al domicilio de la víctima, ubicado en Cabildo 317 de El Jagüel. Hernández, junto con otros siete policías, está acusado de extorsionar al comerciante Oscar Guillermo González.
“La investigación se está haciendo, pero no hay ninguna pista concreta”, dijo ayer Luis Peralta, el padre de Diego, luego de reunirse en la Casa de Gobierno con el gobernador Solá y el ministro Cafiero. En la audiencia también estuvo presente Emilse Silva, la mamá del chico secuestrado. Los padres, acompañados por vecinos del barrio El Jagüel, habían realizado una manifestación en Banfield, frente a la casa particular de “Chiche” Duhalde, quien los recibió y acordó con ellos la reunión en la Casa Rosada. Durante el encuentro, Juan Pablo Cafiero se comprometió en forma personal a impulsar la investigación para dar con el paradero de Diego.
“Nosotros lo seguimos buscando con vida”, afirmó a este diario el subcomisario Manuel Pecheto, segundo jefe de la Brigada de Lomas de Zamora, quien estuvo al frente del operativo que se realizó ayer en Ezeiza, en el esqueleto de un edificio que iba a ser una cárcel del Servicio Penitenciario Federal y cuya construcción se abandonó durante la dictadura militar. El operativo se montó a partir de una denuncia que se presentó ante el juez federal Carlos Ferreiro Pella, que está a cargo de la investigación. El testigo aportó una versión según la cual el chico Peralta había estado secuestrado en esa cárcel abandonada, que tiene una serie de edificios sin terminar y sin vigilancia alguna, lo que los convierte en un posible búnker delictivo. “Revisamos todo, pero no encontramos ningún elemento que confirme que el chico pueda haber estado en ese lugar”, dijo Pecheto durante su diálogo con este diario. El policía admitió que se trata de un secuestro “sumamente complejo y atípico”. Luego de reconocer que la Brigada de Lomas está al frente del caso Peralta desde su inicio, se negó a referirse a la hipótesis que indicaría que los tres hombres separados de ese cuerpo hayan intervenido también en este secuestro. Otra fuente policial bonaerense fue más directa y señaló al respecto: “No hay nada, ningún elemento que indique que los mismos policías hayan participado en el secuestro de El Jagüel”. Fuentes de la Federal, en cambio, reconocieron que la posibilidad sigue abierta, aunque todavía no hay “ningún elemento que lo confirme”.
La policía cree que los secuestradores de Peralta son “muy profesionales y saben bien lo que hacen”. Sin embargo, Pecheto insistió en que “todo es muy atípico, ya que la misma negociación, antes del pago del rescate, tuvo interrupciones y baches que llaman la atención”. Los ocho o nueve contactos telefónicos con los secuestradores se produjeron cada dos, tres o cuatro días, sin la continuidad que tienen habitualmente las negociaciones. “Es un poco desconcertante lo que pasó”, dijo Pecheto. En el barrio El Jagüel, los vecinos temen lo peor. “Si esta angustia sigue después del reinicio de las clases, los padres vamos a tener que acompañar a nuestros hijos a la escuela”, dijo la madre de una chica de 17 años que es compañera de Diego en la única escuela privada de la zona. Hacia ese lugar iba el chico cuando lo secuestraron.