Jue 01.08.2002

SOCIEDAD

Decenas de llamadas falsas sobre Diego y una espera interminable

Desesperados por la falta de noticias, los amigos de Diego Peralta hacen una vigilia en su casa y controlan los movimientos policiales. Hubo muchos llamados, pero ninguna pista real.

“Si tenés a Diego te rogamos que por favor lo devuelvas. Te suplicamos. Pensá en alguien que querés más que a nadie, hacelo, por favor”, leía el cartel que cruzaba la calle. La angustia de los familiares, amigos y vecinos de Diego Peralta, el chico de 17 años desaparecido hace ya 26 días en la localidad de El Jagüel, crece a cada instante. Ayer, desesperados ante la pasividad de la Policía Bonaerense responsable de buscar al menor, iniciaron una vigilia frente a su casa de Cabildo 317. Al tiempo que se sucedían las versiones sobre la aparición de Diego con y sin vida, el nutrido grupo, con sus pancartas en mano, también decidió tomar parte en el asunto: vigiló de cerca un allanamiento policial en la zona, mientras que algunos familiares acompañaron a los agentes a distintos lugares adonde los rumores los llevaron. “Estamos muy mal. La policía dice que no tiene noticias sobre Diego y recibimos un montón de llamados sobre su paradero, pero todos falsos”, contó a Página/12 Romina Peralta, hermana del joven.
Eran unos cien, entre más cercanos y lejanos, quienes poco antes del mediodía comenzaron la vigilia en protesta contra la desconfiada inoperancia policial en el caso, donde ayer la novedad fue justamente la ausencia de grandes operativos de búsqueda, a pesar del carácter público que cobró el secuestro de Diego. Según pudo confirmar este diario en diálogo con fuentes de la Dirección General de Investigaciones Complejas de la Bonaerense, la policía, secundada por vecinos y familiares, se limitó a rastrear al chico en diferentes sitios puntuales de la zona sur del conurbano, obedeciendo a pistas brindadas por llamados anónimos a la familia y al 0-800-22422, la línea de denuncia de secuestros extorsivos del Grupo Antisecuestros. “Estamos recibiendo muchos llamados. Pero en todos los casos chequeados o estaban mal los números de las direcciones o ni siquiera existía la calle”, aseguró una fuente.
El contenido de los mensajes, multiplicados luego de que la televisión diera a conocer el teléfono de los Peralta, incluyó desde pistas que hablaban de haber visto a Diego con vida en diferentes lugares y situaciones hasta quienes sostenían el supuesto hallazgo de “un cuerpo” en un baldío o un arroyo. “Nos hace mucho daño no tener noticias de mi hermano o tener noticias falsas. Imaginate, estamos como perdidos”, comentó al respecto Romina Peralta, de 21 años, quien también vive en la casa de sus padres Luis y Emilse Silva.
Sin embargo, la familia de Diego ayer contó con una muestra de apoyo que sabe incondicional. Frente a su puerta, y a lo largo de toda la cuadra, el bullicio de sus allegados y amigos prometía agitar el barrio “hasta tanto no se sepa nada de Dieguito”, como aseguró terminante Silvia, una vecina. Entre lágrimas, la mujer confió a este diario que lo más importante de la jornada estuvo dado por un allanamiento llevado a cabo por policías y lugareños en La Química, una fábrica de El Jagüel abandonada hace unos años y en la que según un rumor aparentemente mal alimentado habría estado secuestrada la víctima. “¿Cómo puede ser que la policía no tenga noticias? Si ellos dicen que están investigando el caso desde un principio y que rastrearon todas las llamadas de los secuestradores, ¿cómo creerles que no tienen ni idea de qué pasó con Dieguito y con el dinero?”, se preguntó irónica y con bronca Silvia.
La desconfianza hacia la policía y las sospechas de una posible responsabilidad de ésta en la desaparición de Diego no carecen de fundamentos: el 11 de julio, seis días después de haber sido secuestrado el chico, fue detenido el subcomisario José Alberto Hernández, acusado de “robo y extorsión” a un comerciante de Monte Chingolo. Hernández había intervenido en el caso Peralta debido a que pertenecía a la subdelegación Esteban Echeverría, el destacamento policial más próximo al domicilio de Diego. Además, otros tres miembros de la fuerza, que también habrían participado de las investigaciones, fueron imputados por otro caso de secuestro extorsivo. Dos de ellos –el tercero permanece prófugo– seencuentran detenidos y fueron identificados como Aníbal Masgoreet y Hernán Palomeque, de la Brigada de Investigaciones Complejas de Lomas de Zamora.
“Ahora lo que nos importa es encontrar a Diego. Sólo les pedimos a los que sepan algo que nos lo digan”, concluyó Luis, el padre.

Producción: Darío Nudler.

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