SOCIEDAD › ADVERTENCIA PARA LOS PILOTOS QUE PASAN POR ARGENTINA
La Federación Mundial de Pilotos lanzó un alerta para los vuelos que deben operar en el espacio aéreo local y denunció la “severa disrupción” en el control del tráfico por el proceso de traspaso.
› Por Pedro Lipcovich
La Federación Mundial de Pilotos de Líneas Aéreas recomendó a sus asociados “extrema vigilancia y alerta” para operar en el espacio aéreo argentino. Su indicación –que responde a una advertencia de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) local– se funda en “la falta de cobertura de radar en Buenos Aires” y “la severa disrupción en el control de tráfico aéreo que puede tener lugar durante su traspaso de la Fuerza Aérea a la autoridad civil”. Esta recomendación se suma a la “preocupación” por la seguridad aérea en la Argentina que ya había manifestado la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI). Todavía no hay fecha para el retorno al servicio o la sustitución del radar de Ezeiza, dañado por un rayo. En cuanto a los pasajeros, tanto las autoridades nacionales como los pilotos afirman que su seguridad está garantizada por los procedimientos manuales que se están utilizando; pero es previsible que continúen las demoras en las salidas, ya que, con estos procedimientos, el margen de seguridad entre los despegues es de diez minutos, y hasta 20 minutos con mal tiempo.
“Sin cobertura de radar en Buenos Aires” es el título con que la Federación Internacional de Pilotos de Líneas Aéreas (Ifalpa) presentó su comunicado. Su texto dice: “El servicio de radar que atiende al Area de control de Tránsito Aéreo Buenos Aires está fuera de servicio por haber sido afectado por un rayo. En consecuencia, todo el control de tráfico aéreo se efectúa mediante procedimientos convencionales. Además, el servicio de control de tráfico aéreo está siendo traspasado de la Fuerza Aérea Argentina a la Autoridad de Aviación Civil. Una advertencia de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) sugiere que, mientras el traspaso se efectúe, pueden producirse severas disrupciones del control de tráfico aéreo. Por lo tanto, los pilotos que operen en el espacio aéreo argentino deben ejercer una extrema vigilancia y alerta a fin de mantener seguras las operaciones”.
Jorge Pérez Tamayo, titular de la APLA, sostuvo que “el Gobierno todavía no tomó ninguna resolución con respecto a la grave preocupación que manifestó el informe de la OACI, fechado el 12 de abril, donde se plantea un peligro para la seguridad operacional del control de tráfico aéreo” (ver recuadro) y que “hay una situación de fuerte conflicto entre los militares, que todavía siguen, y los empleados civiles”. El dirigente de los pilotos puntualizó que, “ante la falta de radar, hemos ordenado a los pilotos de APLA que no despeguen con menos de diez minutos de intervalo entre aviones, para mantener la total seguridad de las operaciones”.
En el mismo sentido se expresó Diego Serra, presidente de la UALA (Unión Aviadores de Líneas Aéreas, que reúne a los pilotos de Austral): “Reconocemos que el período de transición es muy difícil, pero es hora de empezar a retirar funciones de la órbita de la Fuerza Aérea: por ejemplo, poner un interventor, o un veedor de la OACI, en el control de Ezeiza. Como están las cosas, nadie se juega a cambiar nada: la Fuerza Aérea sigue a cargo, pero no se involucra en la toma de decisiones, y el sistema sigue deteriorándose. Nosotros también exigimos decolar con intervalos de diez minutos, o 20 minutos, cuando hay problemas meteorológicos”.
Por su parte, el titular de la Asociación de Controladores de Tránsito Aéreo (ACTA), César Salas, denunció que “seguimos sufriendo la presión militar. Hay un sector que procura frenar el traspaso. Oficiales, desde puestos de jefatura que no quieren dejar, continúan presionando a los controladores civiles”. Salas ratificó que “diez minutos entre partidas es, en las actuales condiciones, el tiempo mínimo para evitar la saturación”. El dirigente señaló que “el problema es de toda Sudamérica: los controladores uruguayos pararán el 25 de mayo en reclamo de que allí se desmilitarice el control del tráfico aéreo, tal como se pide en la Argentina y en Brasil. Nos proponemos hacer una presentación conjunta ante el Mercosur”.
En respuesta, una fuente del Ministerio de Defensa destacó que “el traspaso a la Autoridad Nacional de Aviación Civil es complejo: son 5600 personas, muchas de las cuales están bajo régimen militar y deben pasar a régimen civil. Hay que hacer convenios, armar un estatuto, transferir bienes. Los distintos actores se están reacomodando, cada uno define sus aspiraciones y se plantean también cuestiones de poder”.
La fuente de Defensa acordó “mantener el intervalo de diez minutos para la salida de aviones, a partir de la falta de radar”; dijo que “la reparación del radar de Ezeiza no es sencilla”, por lo cual no dio plazos para su concreción; en cuanto al radar militar que España ofreció en préstamo, “lo gestionó la Jefatura de Gabinete y no sabemos cuándo llegará; como tiene equipamiento norteamericano, requiere una autorización de Estados Unidos”. La fuente subrayó que “a principios de este año, antes de que el radar de Ezeiza saliera de servicio, el ministerio contrató con Invap la fabricación de once radares: tres de ellos se entregarán a fin de año, y uno de éstos irá a Ezeiza”.
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