@Se produjo otro motín en una comisaría bonaerense. El de ayer fue en Llavallol: 31 detenidos tomaron como rehén a un suboficial en reclamo de mejores condiciones carcelarias y atención médica. Tras once horas de negociaciones, parte de las cuales fueron seguidas por un canal de cable, se entregaron, y fueron trasladados a otras seccionales. Las autoridades reconocieron que la cantidad de reclusos excedía la capacidad de la comisaría. Hace menos de diez días se había producido un incidente similar en Salto.
Ayer a las 7.10, presos alojados en la comisaría de Llavallol –partido de Lomas de Zamora– tomaron como rehén al cabo primero Ricardo Bodanof, que había ingresado a una celda para que los detenidos pudieran ir al baño. Exigieron traslados a otras comisarías, mejoras en la comida, en las condiciones de alojamiento de los calabozos, en el régimen de visitas y también atención médica para algunos de ellos.
Se hizo presente el comisario inspector Claudio Smith, jefe de la Departamental Lomas de Zamora, quien intervino en las negociaciones. Entretanto, la sede policial era rodeada por personal del Grupo Halcón, para evitar eventuales fugas, y llegaba al lugar el fiscal de Lomas de Zamora Ricardo Bruzzoni, quien investiga lo acontecido.
También se acercó a la comisaría un grupo de familiares de los detenidos pidiendo información. Policías de la seccional reconocían que los calabozos están en condiciones de alojar a no más de 25 detenidos.
Los amotinados escribieron sus demandas en un petitorio. Todos ellos están bajo proceso, en su mayoría por delitos contra las personas y la propiedad. Pasadas las cuatro de la tarde, la policía accedió a que una cámara del Canal 26 de televisión ingresara a los calabozos, desde donde registró en forma directa la negociación.
Poco después de las 18, los amotinados liberaron al cabo Bodanof y se rindieron. El comisario Smith señaló que los detenidos “cumplieron su palabra” de liberar al policía, que “está en perfectas condiciones”, y que esto se logró “sin necesidad de la utilización de la fuerza y no se derramó una gota de sangre”. De inmediato, los detenidos fueron trasladados a otras sedes policiales.
El último amotinamiento había sido el 26 de julio, cuando 26 presos alojados en la comisaría de Salto, provincia de Buenos Aires, causaron destrozos en protesta por las condiciones de detención.