Al cumplirse un mes del secuestro de Diego Peralta, de 17 años, el presidente Eduardo Duhalde calificó al caso como “el hecho más grave de los hechos graves que han sucedido en la Argentina”, y anunció que se instrumentará el pago de una recompensa, que sería de 50 mil pesos en efectivo, para los que aporten datos ciertos sobre el paradero del joven. Duhalde dijo que el decreto –que hoy será firmado por el gobernador Felipe Solá– se hizo “copiando uno similar aplicado con el caso de José Luis Cabezas”, uno de los “hechos más graves” de la historia a los que hizo mención. La recompensa aparece cuando la investigación está totalmente estancada y cuando la mamá del joven secuestrado, Emilse Silva, salió a reclamar que “alguien diga algo” sobre el paradero del chico porque la situación de la familia “es desesperante”. El anuncio de Duhalde mereció un inmediato rechazo por parte de las fuentes judiciales allegadas a la investigación que fueron consultadas por Página/12.
“Una recompensa nos quita tranquilidad para trabajar porque van a entrar centenares y centenares de llamadas y esto no nos va a permitir investigar con tranquilidad las pistas que tenemos”, comentaron funcionarios judiciales a cargo de la investigación. La recompensa había sido planteada por primera vez durante la reunión que los padres de Diego, Luis Peralta y Emilse Silva, mantuvieron la semana pasada con la primera dama Hilda “Chiche” Duhalde, quien luego los puso en contacto con el Presidente, el gobernador Solá y el ministro de Seguridad, Juan Pablo Cafiero. El decreto estaba anoche a la firma de Solá y hoy sería anunciado oficialmente.
Al cumplirse ayer un mes del secuestro, los padres de Diego aseguraron estar “desesperados” porque temen por la vida de su hijo. Luis y Emilse reclamaron “más investigación de parte de la policía y de la Justicia”. Consideraron que es “totalmente injusto” que les hayan “robado” a su hijo “así de esta manera” y definieron su situación como “absolutamente desesperante”. Pidieron que el caso “se resuelva lo antes posible” y para lograrlo exigieron “más gente trabajando en el caso, más policías”. A un mes del secuestro ocurrido a pocas cuadras del domicilio familiar, en la localidad de El Jagüel, ellos quieren “que alguien diga algo sobre el paradero de nuestro hijo”. La que más habló fue la mamá, que pasó largos días en su casa, enferma por el dolor que le produjo lo ocurrido.
El papá, Luis Peralta, dijo que la situación “es intolerable” y reclamó que “la Justicia se mueva más”. Los padres dejaron sentado su malestar con la marcha de las investigaciones: “No nos conforma que digan que están investigando y que no haya resultados; cada día que pasa tenemos más miedo y menos fuerzas”. Consultadas por este diario, las fuentes allegadas a la investigación admitieron anoche que “por el momento no hay novedades respecto del paradero del chico Peralta”. Algunas versiones indicaron la posibilidad de que el joven haya sido liberado por los secuestradores y que esté “shockeado” al punto de que no pueda retornar a su hogar.
“Eso es muy poco probable”, dijo a este diario uno de los investigadores. Sobre los llamados de personas que dijeron haber visto a Diego en distintas zonas del Gran Buenos Aires y de la Capital Federal, el vocero comentó que eso es “lo que siempre ocurre en estos casos y lo que nunca se puede comprobar porque la gente carece de datos serios”. En cuanto a la queja de los padres respecto de la investigación, una fuente policial dijo que desde hace unos días “varios grupos de otras jurisdicciones” se sumaron al trabajo que venía realizando la brigada de Investigaciones Complejas de Lomas de Zamora, que está al frente del operativo como integrante del Grupo Especial Antisecuestros.
El único detenido en la causa es José Paulo García, de 22 años, pero todavía no está confirmado que haya participado en el secuestro. “Está probado que llamó la semana pasada para pedir rescate, pero no se sabe todavía si fue uno de los secuestradores o si se trató de alguien que quiso sacar ventaja de la desesperación de los padres.” Las cintas con la voz de García todavía no fueron chequeadas con las registradas con anterioridad, antes del 20 de julio, cuando el padre pagó un rescate de 9mil pesos y 2 mil dólares en Longchamps, siguiendo las instrucciones que le hizo llegar, por un teléfono celular, uno de los secuestradores.
Lidia, la esposa del detenido García, afirmó ante la prensa que su marido “es inocente” y que “los responsables del secuestro son policías”, aludiendo a las versiones que circulan en el barrio y a la detención de algunos uniformados que participaron en los primeros días de la investigación. “Mi marido es inocente, es sólo un testigo, está preso en Ezeiza y tiene miedo porque lo amenazaron de muerte”, relató la mujer, que es vecina de los Peralta.