Jue 08.08.2002

SOCIEDAD

“Como en las fotos de los campos de concentración”

Un adolescente de 16 años, internado en gravísimo estado de desnutrición, causa conmoción en Corrientes: pesa 35 kilos. Otros dos hermanos también están graves, aunque ya a salvo.

› Por Mariana Carbajal

Raúl Angel Miranda tiene 16 años y apenas 35 kilos. No tiene músculos y se le notan los huesos a través de la piel. Así, con un cuadro gravísimo de desnutrición y otras enfermedades asociadas como neumonía, ingresó el sábado en la terapia intensiva de un hospital de la ciudad de Corrientes y su vida corre peligro. Otros dos hermanitos suyos también fueron internados en estado crítico: una nena de 8 años llegó con 13 kilos y un varoncito, de 4, con apenas 9, pero los dos ya evolucionan favorablemente. “Nos hicieron acordar a las fotos de los campo de concentración”, describió Alberto Braverman, director del Hospital Pediátrico Juan Pablo II donde se recuperan los más pequeños. Los tres tienen signos de haberse alimentado con tierra. El caso conmociona a Corrientes, una provincia en la que la desnutrición y la mortalidad infantil están lejos de ser novedad. “Aunque no son frecuentes, lamentablemente este tipo de casos ya no son tan inusuales”, alertó Braverman en diálogo con Página/12.
Los tres chicos tienen otros ocho hermanos. Viven en un rancho de cartón, madera y barro a orillas del río Paraná, en el extremo sur de la capital correntina. El papá y la mamá, de veintipico de años, tienen muy bajo nivel de instrucción y su único ingreso es el subsidio de 150 pesos que reciben del Plan para Jefes y Jefas de Hogar Desocupados. También ellos están en recuperación nutricional en el hospital pediátrico.
Los primeros en ser internados fueron los dos hermanitos más chiquitos, unos diez días atrás, después de que unos vecinos de la familia dieron el alerta al hospital pediátrico. La nena de 8 años “ingresó con un problema neurológico y después se constató que era producto de un infarto cerebral, seguramente provocado por trastornos en la coagulación generados por la desnutrición. Estaba deshidratada y su comportamiento era como el de un animalito, no controlaba esfínteres, no podía caminar. Su estado era muy sucio y descuidado”, describió Braverman. El más pequeño, de 4 años, presentaba una infección pulmonar severa, además de insuficiencia cardíaca y un edema agudo de pulmón. “Era tal la gravedad de ambos que en el análisis de hematocritos (glóbulos rojos) que les hicimos, detectamos que la nena tenía solamente 5 por ciento y el nene el 8 por ciento, cuando los valores normales tienen que ser entre 35 y 40 por ciento. El porcentaje era casi incompatible con la vida, como si no estuvieran respirando”, explicó. Los dos están fuera de peligro y se encuentran en recuperación nutricional. “Son un icono de lo que pasa en la desnutrición. No es sólo una cuestión alimentaria. Acá se conjuga el hecho de que los padres tienen un nivel sociocultural muy bajo y además tendrían problemas mentales. Sorprende el bajo nivel de alarma ante el estado de salud de sus hijos. Nunca dejamos que los dos padres se internen con los chicos porque no hay lugar en las salas, pero en este caso les permitimos para que accedan a una dieta especial en el comedor del hospital”, comentó Braverman.
La situación no es alentadora para Raúl Angel, el chico de 16 años y menos de 35 kilos. Llegó al Hospital Escuela General San Martín, de Corrientes, el sábado con un cuadro de neumonía agudo y sangrado por los poros, también por alteraciones en la coagulación a raíz del cuadro de desnutrición. “Causa mucha impresión ver que no tiene músculos y se le notan los huesos a través de la piel. Tiene calvicie precoz, el abdomen prominente, las articulaciones muy marcadas, los párpados muy edematizados, los rasgos angulosos, parece un viejito”, describió a Página/12 Félix López, director asociado del Hospital Escuela. Su estado es “crítico”. Ayer “se le quitó el respirador artificial, pero neurológicamente no responde y sus defensas son bajísimas”, informó López. En los tres casos, los cuadros están agravados por “parasitosis” debido a que los chicos comían tierra para saciar el hambre, según señalaron los directores de ambos hospitales.
Ayer, al ser consultado por este diario, el ministro de Salud de Corrientes, David Dos Santos, anunció que la familia será incorporada al plan alimentario de la provincia como forma de ayuda. El funcionarioreconoció que “cada vez estamos viendo en los hospitales casos más agudos o reagudizados sobre un terreno de desnutrición ya existente” como consecuencia de la “situación socioeconómica grave, de urgencia sanitaria” que atraviesa la provincia. Corrientes tiene los niveles más altos de mortalidad infantil del país. En el año 2000 encabezaba las estadísticas nacionales con una tasa de 30 por 1000 nacidos vivos.

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