En un hecho cuyas causas parecen orientarse más hacia motivos oscuros que a un nuevo caso de secuestro express devenido en homicidio, fue asesinado ayer un comisario de la Policía Bonaerense identificado como Jorge Abel Etcheverry, titular de la Seccional 8ª de Lanús. La víctima, que tuvo el triste honor de convertirse en el trigésimo miembro de la Bonaerense muerto en lo que va del año, había sido sorprendida de civil por cinco delincuentes armados cuando manejaba su auto en la localidad de Villa Barceló, también en Lanús. Luego de unos minutos en compañía de sus captores, Etcheverry decidió arrojarse del auto en movimiento, tras lo cual habría recibido más de diez disparos. El último, un balazo de remate en la cabeza. Tanto el coche del comisario como el de los delincuentes fueron hallados incendiados momentos después en la zona. Además, a última hora de ayer se conoció que en otro presunto asalto fallido, un efectivo que investigaba el caso fue herido gravemente por la espalda.
Las características del caso se presentan por demás extrañas. A diferencia del silencio judicial, fuentes policiales admitieron la posibilidad de un homicidio premeditado, al que guiarían la actuación de los asaltantes a la hora de ejecutar con saña al comisario y luego quemar el auto robado y el coche utilizado para el atraco, con la aparente intención de no dejar huellas. “Por ahora no se descarta ninguna hipótesis. Aunque por lo que se sabe Etcheverry no estaría metido en ninguna investigación pesada”, confió a Página/12 una fuente de la policía. En disidencia, otro vocero sostuvo en cambio que la investigación se volcaba más hacia la idea de un intento de robo frustrado: “Quisieron robarle sin saber que era policía y cuando intentó escapar lo mataron”, opinó.
En concreto, el episodio tuvo lugar poco antes de las 9.30 de la mañana cuando Etcheverry, de 44 años, se dirigía a bordo de su Volkswagen Golf hacia la comisaría a su cargo, luego de hacer compras en una librería de Banfield. En un lugar no determinado del trayecto, el oficial fue interceptado por los delincuentes, quienes le cruzaron un Ford Escort azul y lo abordaron, obligándolo a sentarse del lado del acompañante. Al llegar a la esquina de Oyuelas y Acevedo, con el Escort siguiendo de cerca al Golf, Etcheverry sorprendió a los asaltantes y se arrojó al asfalto, desde donde habría recibido por lo menos 10 disparos. Como consecuencia de la intensa balacera varios vehículos que se encontraban estacionados en el lugar resultaron dañados, al igual que algunas viviendas.
“Creemos que intentó escaparse luego de que los delincuentes lo identificaran como policía”, sostuvieron las fuentes, quienes detallaron que los peritos hallaron cerca de 30 vainas servidas calibre 9 milímetros. “Todos los disparos se realizaron con el mismo calibre de arma, por lo que se presume que Etcheverry no llegó a disparar y que su revólver fue robado por los delincuentes”, agregaron. Antes de fugar, uno de los hombres se acercó al comisario y lo remató con un tiro en la cabeza.
El coche de Etcheverry fue encontrado poco después abandonado, con su interior incendiado y el baúl abierto, en la intersección de las calles 896 y 894 del barrio La Cañada, en Quilmes. Cerca de allí, en 191 entre Montevideo y Comandante Franco, en Monte Chingolo, fue hallado el Escort, también incendiado. Este vehículo había sido robado horas antes en Lanús.
Con el asesinato del oficial, la cifra de efectivos bonaerenses muertos en enfrentamientos o víctimas de hechos delictivos asciende a 30 en lo que va del año. “Estoy muy preocupado por la cuestión de la inseguridad, más cuando hoy –por ayer– se asesinó a un comisario en Lanús”, sostuvo al respecto Solá, desde La Plata. La causa, caratulada como “robo calificado y homicidio”, quedó a cargo del fiscal Juan José González, de la Unidad Funcional de Instrucción 11 de Lomas de Zamora.
Respecto del agente herido por la espalda, miembros de la fuerza informaron que se trata del oficial subinspector Sandro Senia, de la comisaría de Villa Diamante, en Lanús, quien fue trasladado al hospital Churruca, donde permanecía internado de gravedad.