La noticia trajo el recuerdo de otro trágico robo a la misma empresa, en 1996, que dejó un saldo de nueve muertos. Pero esta vez los ladrones huyeron de la sede de Andreani sin disparar una bala y con un botín de 400.000 pesos. Eran entre seis y ocho hombres, según los testigos muy profesionales, que conocían perfectamente los movimientos del lugar y tenían el dato preciso: en ese momento se ensobraba el dinero para el pago de salarios.
El asalto se produjo en momentos en que alrededor de medio centenar de empleados se encontraba trabajando en los distintos galpones distribuyendo la correspondencia, aunque muchos de ellos ni se enteraron de lo que ocurrió.
Según la policía, el golpe estuvo perfectamente organizado y tiene que haber contado con un entregador. Comenzó pasadas las 8.30, cuando entre seis y ocho ladrones llegaron a la sede central de la empresa ubicada en Santo Domingo 3220, de Barracas. El grupo comando traía tres vehículos, un Volkswagen Polo verde, una camioneta marca Mitsubishi y un Alfa Romeo.
Los delincuentes no utilizaron el ingreso del personal, sino que eligieron la entrada administrativa, donde se encontraban dos vigiladores privados, a quienes amenazaron y les sacaron las armas. Después los custodios fueron introducidos dentro de un baño y uno de ellos fue golpeado en el mentón.
De inmediato, se dirigieron hacia la zona de gerencia, donde se encontraba el titular del área con unos 400.000 pesos en una mesa, ya que estaba preparando los sobres para el pago de sueldos del personal. Sin ningún tipo de violencia, la banda amenazó al gerente y le sacaron todo el dinero que tenía en la oficina. Luego, abordaron el Polo y huyeron escoltados por los otros dos vehículos. El Polo fue hallado momentos después en la calle Río Cuarto al 2800, frente al parque Fray Luis Beltrán, a cinco cuadras del lugar del robo.