La galería pagó por el cuadro la cuarta parte de su valor. Lo recibió cortado y sin marco. El intendente insiste con el atentado político. Los detenidos no están acusados de robar la obra.
› Por Carlos Rodríguez
“El cuadro apareció y hay dos detenidos por su comercialización, pero el caso presenta, todavía, muchos interrogantes”, le dijo a Página/12 una fuente vinculada con la investigación del robo del óleo Proas al sol, de Benito Quinquela Martín. Al cuadro se lo llevaron tres hombres que entraron por la fuerza, y de madrugada, al despacho del intendente de Bahía Blanca, Cristian Breitenstein, y que provocaron un incendio con la intención de disimular la falta. El jefe comunal admitió ayer que a dos meses del robo todo sigue en la nebulosa. “Los ladrones de cuadros no incendian despachos, el hecho aún no está esclarecido y habrá que investigar la inteligencia previa y posterior al siniestro”, dijo Breitenstein, quien con menos énfasis que al principio –de hecho no hizo una mención expresa al respecto– sigue manteniendo la versión de que se trató de un atentado político en su contra. El fiscal bahiense Emilio Marra aclaró a este diario que investiga un robo y que “sólo dos de las tres personas detenidas este fin de semana tienen relación con el hecho, pero la acusación contra ellos es por la comercialización del cuadro. No sabemos, todavía, si ellos participaron en la sustracción y ni siquiera si contrataron a los ladrones para que hicieran el robo”.
El cuadro de Quinquela Martín fue hallado, el viernes, en poder de Sebastián Bocazzi, socio gerente de la galería de arte Roldán, ubicada en Juncal 743, del barrio porteño de Retiro. Bocazzi reconoció que le había comprado el cuadro, en 39.000 dólares, a Edith Silva, de 53 años, quien fue acompañada por Daniel Ghietto, de 36. Ellos dos están detenidos y acusados por el fiscal Marra por el delito de “encubrimiento agravado por la comercialización del cuadro” de Quinquela Martín. El tercer detenido fue Jorge Iddón, de 26, hijo de Silva, pero Marras aclaró que el joven quedó preso “porque tenía en su poder un arma y droga”.
Marras dijo que, por ahora, no tiene “ninguna acusación” contra el dueño de la galería. “Lo voy a interrogar como testigo”, informó el fiscal a este diario. Cuando se le preguntó si Silva y Ghietto tenían en su poder alguna documentación que los acreditara como legítimos propietarios del óleo de Quinquela, el fiscal recordó que “en el mercado de obras de arte no es necesario tener ese tipo de papeles, porque las obras auténticas son únicas y las imitaciones se identifican muy fácilmente”. Además, el cuadro pertenecía al Municipio de Bahía, al que había sido donado en 1954. Marra reconoció que encontraron el cuadro “porque Bocazzi hizo la denuncia, en Buenos Aires, cuando se enteró de que el cuadro había sido robado”.
La fuente policial consultada por este diario tiene una visión distinta. “Hay que tener en cuenta –dijo– que el óleo sobre tela no fue sacado entero del marco en el que estaba (en el despacho del intendente) sino que lo cortaron (siguiendo la línea del marco). Es extraño que el dueño de la galería haya comprado un óleo en esas condiciones sin que le llamara la atención. Y es extraño que tampoco haya sospechado cuando le pidieron 39 mil dólares, cuando sabe bien que eso vale tres o cuatro veces más.” Bocazzi, en sus primeras declaraciones a la prensa, aseguró que conocía a los vendedores porque era gente “que sabía mucho de arte”.
La policía tiene dudas sobre la supuesta experiencia de los vendedores y le resulta extraño que el dueño de la galería no lo haya advertido también. “Además de haber sido cortada, en lugar de sacarla entera, a la tela la habían enrollado cuando es un óleo con espátula, una técnica que sufre deterioro si se lo enrolla. De hecho, Bocazzi admitió que tuvieron que restaurar los daños que había sufrido”, dijo el investigador. “No hago ninguna acusación, pero hay que aclarar que él (por Bocazzi) se presentó ante la Justicia luego de que se hiciera una recorrida, galería por galería, informando sobre la búsqueda del Quinquela Martín. Y cuando enviamos a una comisión para que recorriera la galería de arte, para ver si el cuadro estaba en exhibición, no lo encontramos. El propietario lo tenía en un departamento del barrio de Belgrano.”
Otro dato que llama la atención es que “de la galería viajaron a Bahía Blanca para tener una reunión con los vendedores. Es algo que hay que investigar muy bien”. El fiscal Marra no estaba buscando el Quinquela Martín. El tiene a su cargo una causa por el supuesto robo de 30 obras de arte que pertenecían a la Municipalidad de Bahía Blanca y cuya desaparición fue advertida después del incendio del despacho comunal, en la madrugada del domingo 13 de mayo pasado. Un total de 17 obras fueron halladas en distintas dependencias oficiales. No había robo en esos casos, sino desprolijidad en el inventario. Otras 13 obras siguen sin aparecer. La más valiosa es el cuadro El pulóver negro, de Antonio Berni.
Marras comentó que esa obra fue tomada “en consignación” para su venta por la galería Roldán, que según declaró Bocazzi a la prensa la devolvió a sus propietarios porque nadie la quería comprar. Bocazzi, en declaraciones a La Nueva Provincia, comentó que ese cuadro de Berni “vale cien mil dólares, pero nadie quiso pagar 7500 dólares”. Los vendedores, al igual que el Quinquela Martín, eran los detenidos Edith Silva y Daniel Ghietto. En la casa de la mujer, cuando fue detenida, encontraron “un remito en el cual consta que entregaron el Berni en consignación”. Los dueños de la galería dicen que ellos devolvieron la obra. ¿Por qué no fue destruido ese remito, cuya validez habría caducado? No se sabe en qué cruce de la ruta Buenos Aires-Bahía Blanca sigue perdido el Berni. Tal vez en el mismo sitio donde cayeron los argumentos que dicen que lo del 13 de mayo fue un “atentado político”.
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