Como para dejar en claro que los secuestros extorsivos pueden cobrar espectacularidad sin perder su esencia, en forma sorpresiva y sorprendente los secuestradores de María del Carmen López (44), la esposa del empresario Eduardo Barceló raptada en su casa de las afueras de la capital sanjuanina, se comunicaron con éste desde distintas cabinas telefónicas de la Capital Federal. Y en comparación con los kilómetros que separan el lugar del secuestro del de los llamados, la cifra exigida por la liberación tampoco se quedó atrás: 300 mil dólares al contado a lanzar desde un tren en movimiento. Ayer, Barceló, luego de haber ofrecido públicamente el sábado 50 mil dólares a cambio de información fidedigna, admitió estar dispuesto a realizar el desembolso, aunque desconfía de la única prueba de vida que le dieron los delincuentes: la voz de su mujer aparentemente grabada que no contestaba a sus preguntas.
“Escuché a mi esposa, pero no sé si era una grabación o si me hablaba en directo. Como el llamado me sorprendió y solamente habló ella, todavía tengo dudas. No pudimos tener un diálogo”, explicaba preocupado Barceló el sábado a la tarde, al finalizar una marcha de silencio realizada en la plaza 25 de Mayo de la capital cuyana en la que unas dos mil personas pidieron justicia. Ese mismo día el empresario abandonaba por un momento el hermetismo con que avanzan las investigaciones y ofrecía 50 mil dólares a cambio de datos fidedignos. Según se supo luego, por entonces las negociaciones entre Barceló y los secuestradores, iniciadas en la madrugada del sábado, estaban trabadas, ya que las exigencias de los últimos no bajaban de los 500 mil dólares.
En diálogo con Página/12, fuentes de la policía sanjuanina detallaron que los contactos entre los secuestradores y el empresario dedicado al transporte de carga y al expendio de combustibles prosiguieron durante todo el sábado y el domingo, hasta que las partes llegaron a un abultado acuerdo: 300 mil dólares en cash que deberán ser arrojados desde un tren en movimiento en la provincia de Buenos Aires. Este último detalle, sin embargo, fue puesto en cuestión por el propio Barceló: “No me gusta eso de tener que tirar la plata por la ventanilla de un tren”, dijo escueto el empresario. El otro punto que obstaculizaría la entrega del dinero refiere al sospechoso contacto telefónico de Barceló con su mujer, ya que el empresario habría exigido a los delincuentes una “prueba de vida” más creíble para viajar a territorio bonaerense.
También ayer otra novedad se sumó a la causa: una camioneta todo terreno en la que los delincuentes habrían arribado a la casa de los Barceló fue hallada totalmente quemada en una zona rural del departamento de Caucete, unos 40 kilómetros al este de San Juan capital. Según informaron las fuentes, a ese vehículo, que sería una Ford Ranger 4x4 de color rojo robada en Córdoba, se le realizaron una serie de peritajes que determinaron que había sido incendiada el domingo por la noche y que no tenía restos humanos en su interior. “Fue simplemente para borrar huellas”, comentó el comisario Carlos Alcayaga, jefe de la policía provincial. El otro vehículo buscado en un comienzo, un Renault 18, pertenecía en realidad al custodio privado de Barceló.
Ante lo llamativo del modus operandi de los secuestradores, uno de los investigadores comentó a este diario que “se trataría de una banda con sus cabecillas en Buenos Aires”, desde donde indicarían qué hacer y qué no a los secuestradores que permanecen en San Juan. “Parece claro que es una banda desdoblada”, agregó. Incluso, según fuentes de la policía cordobesa citadas ayer por el diario La Voz del Interior, sería la misma gavilla que llevara a cabo en Córdoba el secuestro de Alfredo Gozzo entre el 24 y el 26 de julio pasados, por el cual se cobró un rescate en pasos similares.
Respecto de la cantidad de miembros que participaron del rapto y el cambio de vehículos, fuentes judiciales y policiales calcularon en “al menos diez” el número de integrantes operando sólo en San Juan. De hecho, los investigadores no dudan de que la mujer continúa secuestrada en tierras cuyanas. “Los delincuentes no tuvieron tiempo de salir antes deque se instalara el operativo cerrojo de la policía”, sostuvo el comisario Alcayaga.
En consecuencia, 500 efectivos de las policías provincial y Federal y de Gendarmería Nacional continuaban con los rastrillajes aéreos y por tierra en distintos departamentos de San Juan, operativos que eran seguidos de cerca por el juez de la causa, Leopoldo Rago Gallo. Mientras tanto, pasados cuatro días de la desaparición de su mujer, Barceló lanzó un desesperado mensaje público a los secuestradores: “Muchachos, quédense tranquilos que no hay problema y que la plata está”, concluyó con la voz quebrada ante las cámaras de televisión.

Informe: Darío Nudler