SOCIEDAD › LA ACTIVISTA ECOLOGICA LLEVA ADELANTE UN NUEVO CASO, AHORA EN AUSTRALIA
Es la abogada que representó Julia Roberts en la película que lleva por título su nombre. Después del pleito millonario ganado en California a una empresa energética, ahora trabaja en una acción contra un gigante siderúrgico.
› Por Kathy Marks *
Desde Sydney, Australia
Erin Brockovich, la activista ecológica estadounidense que ayudó a los californianos a ganar un pleito multimillonario en dólares contra una gran empresa energética, está apoyando a los residentes de una ciudad australiana en lo que ella cree que puede ser un caso similar. Brockovich trabaja con una firma de ese país por una posible acción contra Alcoa, un gigante internacional de siderurgia. Los habitantes de Yarloop, una pequeña comunidad al sur de Perth, sufren de una amplia gama de problemas de salud que atribuyen a las emisiones de la refinería de Alcoa.
Hablando en Perth a comienzos de agosto, Brockovich –cuya cruzada estadounidense fue convertida en una película con Julia Roberts como protagonista– dijo que le llamaron la atención las semejanzas entre el caso de California y Yarloop. Estaba tan preocupada por los riesgos de salud que declinó visitar la ciudad del oeste de Australia. “No tengo la intención de ir a ningún lado cerca de un lugar cuyas filtraciones contaminantes pudieran ser letales para mí”, dijo.
Un residente alertó a Brockovich sobre la situación en Yarloop vía e-mail. Desde entonces, unas 200 personas que viven cerca de la refinería Wagerup le han contado sobre los problemas que tienen, incluyendo temas respiratorios, irritaciones de la piel, garganta y ojos irritados, mucha fatiga, disfunción mental, estómagos revueltos, hemorragias nasales crónicas, cáncer y deterioro de órganos.
Brockovich llegó a la fama en la década de 1990, después del pleito con la empresa energética Pacific Gas, que fue acusada de contaminar el agua de la pequeña ciudad de Hinkley. Ganó 333 millones de dólares –la mayor cifra en un acuerdo en la historia de Estados Unidos– para los residentes, muchos de los cuales habían llegado al nivel de enfermos terminales, después de que ella descubriera una conspiración para ocultar la existencia de agua contaminada. La película de Hollywood Erin Brockovich le valió a Julia Robert un Oscar.
En Yarloop y los otras pequeñas comunidades cerca de la refinería, la gente se quejó durante una década por los problemas de salud. Vince Puccio, presidente del grupo de acción de los residentes de Yarloop, dijo que la población había mermado de 874 en 2001 a 546 el año pasado, y muchos vecinos “se vieron obligados a partir a causa de su salud”. “Nuestra comunidad está siendo destruida y queremos que este asunto se conozca”, reclamó.
Shine Lawyers, de un estudio de abogados en Queensland, que está conectada con Brockovich, tomó el caso con la premisa de que si no ganaba no cobraba honorarios. Un socio de la firma, Simon Morrison, dijo que estaba confiado en que los residentes de Yarloop tenían un buen caso. “Es demasiado pronto para comenzar a hablar de dólares”, dijo. “Lo que sí sabemos es que algo está muy mal.” Brockovich sostuvo que “creemos que vivimos en un gran mundo, pero es más chico de lo que uno cree. Alguien del área que estaba enferma, de lo que creía era algo producido por Alcoa, me mandó un mail. Intrigada por su enfermedad, recomendé que la viera uno de nuestros toxicólogos. Después de hacer algunas pruebas e investigación, dijo ‘Esto es algo que debieras ver’”.
Además de Alcoa, Shine Lawyers está considerando demandar al gobierno del estado de West Australia por permitir que la refinería se expandiera y duplicara su producción a pesar de la larga lista de quejas sobre la salud en el área. Los residentes afirman que están siendo envenenados con los gases que emanan las chimeneas de Wagerup y con el polvo rojo de sus arsenales de residuos.
Alcoa de Australia negó que sus operaciones presenten algún riesgo para la salud. Dijo que la refinería había sido sometida a numerosos estudios independientes y había sido considerada segura para los empleados y las comunidades cercanas. “La refinería Wagerup cumple con las normas sanitarias y ambientales más estrictas del mundo y seguirá haciéndolo cuando se expanda”, dijo en una declaración.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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