SOCIEDAD › EN EL JARDIN DE LA CASITA ENCONTRARON UN CADAVER
Es cierto que la casa estaba barata, pero ni modo de pensar que el motivo fuera ése. En realidad, cuando los nuevos dueños descubrieron el motivo, tampoco lo pudieron creer. En el jardincito de la casa ubicada en Ciudad Evita, debajo de un espacio de tierra removida, la policía halló enterrada a Elena Ferreira, de 60 años, con un cable atado al cuello y la cabeza destrozada por un golpe y envuelta en una bolsa de plástico. La casa fue vendida por el hijo de la mujer asesinada a muy bajo valor a un matrimonio, con el argumento de que su madre había fallecido y estaba muy deprimido. Ahora, el vendedor está prófugo y el matrimonio, horrorizado.
El terrenito corresponde a la vivienda ubicada en la calle 404 de Ciudad Evita, número 34. Allí vivía Elena Ferreira y hacia allá fue a buscarla su hermana Aurora, preocupada porque desde hacía unos 15 días que no tenía noticias de su hermana.
Pero cuando tocó a la puerta se encontró con que le abrió un hombre, de 32 años, y una mujer, de 26, que dijeron que ellos vivían allí desde hacía muy poco tiempo. La pareja le explicó a la asombrada y preocupada mujer que el 31 de agosto pasado le habían comprado la vivienda y el lotecito al hijo de Elena, de 31 años, por tres mil pesos. La pareja se mostró sorprendida por el valor y preguntó el motivo. El hombre entonces les respondió que su madre había muerto y que prefería deshacerse de todos sus bienes por cuestiones sentimentales, que le caerían mal los recuerdos, que no podía soportarlo, que se quería ir a otra parte y tantas cosas más. El matrimonio, más allá de la sorpresa, decidió que menos pregunta Dios y perdona y se lanzó a cerrar trato por lo que se avizoraba como una muy comprometida inversión con futuro asegurado.
Por eso, cuando llegó Aurora a preguntar, respondieron con total franqueza. No tenían nada que ocultar. O por lo menos no lo sabían. Aurora se retiró y al rato volvió con su hija. La mujer pidió permiso para entrar e incluso la pareja le mostró el boleto de compraventa. La sobrina de la desaparecida vio en el fondo de la casa un cantero con escombros y la tierra removida. Le llamó la atención y ambas mujeres fueron a la policía. Cuando llegaron los investigadores, encontraron debajo de la tierra removida el cadáver de Elena en las condiciones antes relatadas.
Los vecinos dijeron que madre e hijo se llevaban muy mal. También dijeron que días antes el muchacho les había pedido prestada una pala porque tenía todas las intenciones de plantar un árbol. Ahora, los peritos realizan las correspondientes pericias mientras que la policía busca al hijo prófugo. El caso lleva la carátula de homicidio agravado por el vínculo.
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