SOCIEDAD
› FALLO CONTRA UNA NIGERIANA ACUSADA DE ADULTERIO
Condenada a morir lapidada
Un tribunal de Nigeria ratificó la condena contra Amina Lawal, considerada adúltera por tener una hija tras divorciarse. Pretenden que muera lapidada en el año 2004. Hay protestas internacionales.
“Da de mamar a la prueba de tu crimen, y muere”: así se resume la sentencia que un tribunal de apelaciones de Nigeria ratificó contra Amina Lawal, de 31 años. El crimen de la mujer consiste en que, siendo divorciada, tuvo relaciones sexuales sin haberse vuelto a casar. La prueba que permitió su condena es el nacimiento de una niña como fruto de esas relaciones. La pena se cumplirá por lapidación, pero la condena queda pospuesta hasta que la niña haya cumplido 2 años, en enero de 2004. Hace cinco meses, otra Cámara de Apelaciones nigeriana, bajo presión de la opinión pública internacional, revocó una sentencia similar, pero esto sucedió en otro estado de ese país federal. Desde hace dos años, 13 de los 36 estados de Nigeria implantaron la “sharia”, legislación basada en una lectura fundamentalista del Corán, y ésta sería la primera pena de muerte por adulterio. La decisión será apelada ante la Corte Suprema nigeriana.
Amina Lawal, habitante de la aldea de Kurami, estado de Katsina, en el norte de Nigeria, se había divorciado a principios de 2001. Casi un año después, dio a luz a una niña, Wasila. El 4 de marzo de 2002, vecinos de su aldea la apresaron y la llevaron a ser juzgada en la ciudad de Bakori. Amina reconoció que había mantenido relaciones sexuales con un hombre de la aldea, llamado Yahaya Mohammed. El, aunque admitió una relación con ella, negó haber tenido sexo, y esto fue suficiente para que los jueces retiraran los cargos contra él. A Amina, ese mismo tribunal la condenó a muerte por lapidación. Ayer, el presidente de la Corte de Apelaciones de la ciudad de Funtua, en el mismo estado, dictaminó: “Mantenemos el fallo del tribunal de la ‘sharia’ según el cual has sido sentenciada a morir lapidada”. Amina lo escuchó abrazada a su bebita.
El tribunal de primera instancia ya había dispuesto que la sentencia se pospusiera hasta el fin del amamantamiento de la pequeña Wasila, que hoy tiene nueve meses. La familia deberá entregar a Amina en enero de 2004. La ejecución consistirá en que se le arrojarán piedras hasta que muera.
Desde hace dos años, 13 estados nigerianos implantaron la ley coránica o “sharia”. Las condiciones políticas que enmarcan este vuelco están centradas en que, luego del fin de la dictadura de Sani Abacha, en 1999, se agudizaron los conflictos entre la región norte de Nigeria –de mayoría musulmana, con más de la mitad de los 120 millones de habitantes del país- y la región sur, con predominio de cristianos y animistas. La “sharia” admite el divorcio (entendido más bien como el traspaso de una mujer de un hombre a otro) pero considera adúltera a la mujer que, luego de divorciarse, tiene relaciones sexuales sin haber vuelto a casarse.
En marzo pasado, un tribunal de apelaciones islámico en el estado de Sokoto había revocado una condena similar contra Safiya Hussaini, de 35 años, quien, siendo divorciada, había tenido una niña con un vecino que a su vez tenía dos esposas y varios hijos. La revocación, que utilizó argumentos de forma, se dio en el marco de fuertes críticas de organismos internacionales, cadenas de mails y firmas en solidaridad.
El gobierno federal nigeriano, presidido por Olusegun Obasanjo, calificó como “anticonstitucional” la introducción de la “sharia” en su país. “Un musulmán no debe ser castigado por un delito en forma más severa que otro nigeriano cualquiera”, manifestó en marzo pasado el ministro de Justicia, Godwin Agabi, y notificó a los estados donde se aplica la “sharia” que la Constitución prohíbe la discriminación religiosa o sexual. Sin embargo, hasta ahora no hubo enfrentamientos por casos concretos entre el gobierno federal y los estaduales.
Durante el juicio en primera instancia, Amina no tuvo asistencia legal. Su apelación fue sostenida por varias organizaciones de derechos humanos. La entidad Amnistía Internacional declaró que “este juicio es incompatible con las obligaciones de Nigeria en virtud de la ley internacional sobre derechos humanos” y agregó que “la lapidación está prohibida por la Convención contra la Tortura”. La entidad ofrece adherir a una carta que enviará al presidente nigeriano pidiendo que Amina “no sea ejecutada y suproceso se desarrolle conforme a normas básicas de justicia” (www.amnistiaporsafiya.org).