Los trabajadores de la Aduana decretaron un paro para el lunes, en repudio al trato que recibieron sus colegas acusados de cohecho.
El espectacular operativo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y el juez federal Pablo Santamarina, el miércoles último, derivaron ayer en un paro general convocado para el lunes por los trabajadores de la Aduana en todo el país, en repudio al trato que recibieron los empleados del sector detenidos por presunto cobro de coimas, el miércoles último. Ni la liberación de los doce detenidos acusados de cohecho, excarcelados por la tarde, ni las intensas llamadas cruzadas con los ministerios del Interior, de Economía y de Trabajo habían logrado detener la medida de fuerza que se supone cumplirán en un solo bloque los más de 4800 empleados aduaneros que cumplen funciones en 142 pasos fronterizos y una docena de aeropuertos. La consecuencia más escandalosa y preocupante del conflicto es que el lunes, durante casi todo el día, no habrá controles aduaneros, una especie de piedra libre para el contrabando. Anoche, el que sorprendió con una declaración amistosa en medio de la borrasca entre aeroportuarios y aduaneros fue el propio jefe de la PSA, Marcelo Saín, que se solidarizó con el titular de Aduana, Ricardo Echegaray. El paro, desde su visión, es una extorsión del sindicato para que no avancen los sumarios internos a los sospechosos.
El miércoles, en Ezeiza, se vivió una tarde agitada. Con el juez Santamarina y Saín a la cabeza, unos doscientos policías aeroportuarios revisaron el vuelo procedente de Kuala Lumpur, vía Sudáfrica, de la compañía Malaysian Airlines y detuvieron a once funcionarios aduaneros y a un miembro de la PSA. Todos ellos, más cinco personas que fueron imputadas pero no detenidas, fueron a parar al despacho del juez federal de Lomas, donde ayer dijeron que nada tenían para decir. Tras las declaraciones indagatorias de todos, fueron liberados porque los delitos de los que son acusados, el cohecho y las exacciones ilegales, son excarcelables.
Lo cierto es que ni en las oficinas de la PSA, en Ezeiza, ni en las de la Aduana, en el centro porteño, se imaginaban que el Sindicato Unico del Personal de Aduana, Supara, se declararían tan ofendidos por el procedimiento del que responsabilizan a Saín, que como desagravio decretarían el paro. La medida resulta una novedad en el área: los aduaneros reciben ingresos superiores al resto de la administración pública, como los propios empleados de la AFIP, de donde dependen dentro del organigrama del gobierno nacional. Por ese motivo reciben una suma diferencial que surge del aumento o no de la recaudación. De manera que no es que el gremio haya ensayado conflictos con la administración, más bien tienen una envidiable relación que ellos mismos no disimulan. Ayer, aun así, en Aduana se mostraban preocupados por este paso del sindicato.
En la PSA, en tanto, se habían movido con total confianza y similitud de visiones con el juez Santamarina, pero ayer perdieron el optimismo del día anterior: los asesores legales de la fuerza evaluaban que los delitos que fueron filmados en la investigación por las coimas eran más graves que los que el propio juez consideró y no iban a quedar excarcelados.
De fondo, el paro anunciado resulta un último escalón en el enfrentamiento entre las áreas que custodian al mismo tiempo el Aeropuerto de Ezeiza. Los aduaneros liberados ayer dijeron que los aeroportuarios los humillaron al desnudarlos a todos, al maltratarlos y luego pasearlos por el aeropuerto con las manos esposadas y el rostro descubierto. El mismo Echegaray se quejó con estos argumentos. Juran que los seis mil dólares y diez mil pesos que encontraron en una caja en la oficina de Aduana, y en algunos bolsillos de los detenidos, o en el piso, como descartados, son legales y no el monto que los supuestos pagos de los turistas para pasar sus chirimbolos electrónicos.
Ahora, las preguntas que ayer masticaban en distintas áreas del Gobierno eran varias: ¿cuál es el impacto de este paro sindical? ¿Cómo afectará la seguridad del país? ¿Es legal? ¿Lo frenará el Ministerio de Trabajo? ¿Gendarmería u otra fuerza de seguridad deberá hacer los controles que regularmente hacen 3800 de los 4800 aduaneros? En el Ministerio del Interior reconocieron que se hacían intensas gestiones para lograr una salida a la huelga, y no descartaban ninguna medida que impidiera una fiesta de contrabandistas cruzando las fronteras.
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