La Gendarmería encontró ayer a la chica que había sido raptada hace cinco años por un amigo de sus padres. El secuestrador fue detenido, acusado de “estupro y privación de la libertad”.
› Por Carlos Rodríguez
Una joven que hoy tiene 18 años y que había sido raptada en 2002, en la ciudad mendocina de San Rafael, fue encontrada ayer en el partido bonaerense de Moreno, donde convivía con el autor del secuestro, un hombre de 43 con el que la chica tiene dos hijos, uno de dos y otro de cuatro años. Sandra Amestay, la mamá de la joven, le dijo a la prensa que si bien hay “muchas preguntas sin respuestas” sobre la actual relación de su hija con el hombre que la raptó cuando ella tenía 13 años, su única intención es “darle un fuerte abrazo” porque siente “una emoción inmensa” por haberla encontrado. A nivel judicial, la situación planteada es compleja. Daniel Suárez, el hombre con el que vivía la joven, fue detenido por la Gendarmería y está acusado por los delitos de “estupro y privación ilegítima de la libertad”.
En abril de este año, la víctima del rapto se había comunicado con su familia para decirle que “estaba bien” y que no la buscaran más. Pensaba en un reencuentro cuando ella tuviera 21 años, es decir cuando fuera mayor de edad. Era claro que quería evitar la detención de quien hoy es su pareja.
“Es un caso de difícil resolución porque la Justicia llegó tarde. Ahora se corre el riesgo de desarmar un nucleo familiar que, a lo mejor –esto habrá que determinarlo– estaba consolidado y era armónico. Por otro lado, no se puede dejar de lado el hecho de que una menor de 13 años fue raptada por un adulto y que hubo estupro. A los 13 años no se puede dar el consentimiento para una relación de ese tipo y es muy difícil que se hayan casado. El adulto tiene que responder por lo que hizo y habrá que tener en cuenta lo que opina la chica que hoy tiene 18. Todo es muy complejo”. La opinión, a grandes rasgos, fue compartida por una abogada y por una jueza de menores que no interviene en la causa.
Los padres de la chica, Lucio del Colle y Sandra Amestay, llegaron a San Rafael en el año 2002, procedentes de la localidad bonaerense de Ciudad Evita, partido de La Matanza. Daniel Suárez, el hombre que fue detenido ayer, era muy amigo de la familia. Habían vivido juntos en Ciudad Evita y se trasladaron a Mendoza para un emprendimiento laboral, en calidad de socios. Suárez raptó a la chica de su casa en un poblado rural llamado Cuadro Nacional, a 11 kilómetros del centro de San Rafael.
El conflicto había comenzado un tiempo antes del rapto, cuando los padres de la chica sorprendieron a Suárez cuando la tenía abrazada. Al día siguiente, la joven partió rumbo al colegio, pero ya no regresó a su casa. Los padres hicieron la denuncia policial y judicial. Una fuente de Missing Children confirmó que “no hubo novedades hasta el mes de abril de este año, cuando la chica se comunicó con sus padres para pedirles que no la buscaran más, que ella estaba bien”. Además, les prometió que iba a reanudar la relación con ellos “cuando cumpliera los 21 años; estaba claro que ella no quería comprometer al hombre con el que estaba conviviendo”.
La joven también mantuvo una conversación similar, en el mismo mes de abril de 2007, con miembros de Missing Children, que la estaban buscando en forma paralela a la investigación del Juzgado Penal Número Tres de Mendoza y del juez de menores Juan Fanjul. La chica llamó por teléfono a Missing Children luego de ver su foto en un envase de cartón de leche, como parte de las campañas que hace la institución para ayudar a dar con el paradero de niños y adolescentes desaparecidos.
Como resultado de la investigación judicial, la chica secuestrada fue hallada en una casa ubicada en Fray Cayetano Rodríguez al 100, en La Reja, partido de Moreno. El hallazgo y la detención de Daniel Suárez estuvo a cargo de personal de la Gendarmería Nacional. Intervino la Unidad Especial de Inteligencia Criminal de Campo de Mayo. Suárez llegará hoy a Mendoza, donde lo reclama la Justicia, mientras que la chica y sus dos hijos, quedaron bajo custodia judicial hasta que lleguen los padres, que anoche estaban viajando a Buenos Aires, por vía terrestre.
Sandra Amestay, madre de la joven, dijo ayer que sentía “una alegría inmensa” por la aparición de su hija y que su intención era la de “verla, hablar con ella y darle un gran abrazo”. Admitió que la situación “es muy difícil” porque hay “muchas preguntas por hacer que todavía están sin respuestas, pero en este momento lo importante para nosotros es verla y hablar con ella. Necesitamos una larga conversación y cuando estemos más tranquilos hablaremos con todos”, dijo Amestay. El padre de la joven, Lucio del Colle, confirmó anoche a Página/12 que se encontraban en la ruta, viajando hacia Buenos Aires. “Todavía es prematuro hablar sobre qué puede pasar, hay que esperar”, dijo Del Colle y pidió tiempo.
Juan Fanjul, titular del Juzgado de Familia Número 1 de San Rafael, informó ayer que “se presumía que la chica se había ido con esta persona, pero desaparecieron del mundo hasta hoy, que la joven apareció con su vida cambiada”. Fuentes judiciales y de Gendarmería señalaron que el paradero de la joven pudo establecerse mediante el seguimiento de las llamadas que hizo a su familia y a Missing Children.
Desde hace alrededor de un mes se sabía el lugar donde se encontraría la pareja, pero se hizo un seguimiento más largo para lograr “una confirmación y certeza absoluta sobre la identificación del secuestrador”, explicaron a este diario fuentes de la fuerza de seguridad. En la casa, además de los dos hijos de la joven secuestrada, vivían otros tres de un matrimonio anterior de Suárez. Cerca de la medianoche, el detenido fue trasladado a San Rafael, con custodia de la Gendarmería Nacional.
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