La Legislatura porteña dispuso anoche por ley que la jornada laboral para los trabajadores de subterráneos será de 6 horas diarias y 36 semanales, por “las condiciones de insalubridad con que desempeñan sus tareas”. La norma involucra a los conductores y guardas de trenes y a los empleados que trabajan en talleres y boleterías.
Los trabajadores de Metrovías cumplen un horario de ocho horas desde 1994, cuando se hizo cargo de la concesión de Suterráneos de Buenos Aires. La jornada reducida de 7 horas fue impuesta en 1946 y eliminada por las dictaduras militares de Juan Carlos Onganía y Jorge Videla. En 1984, el gobierno de Raúl Alfonsín reconoció la insalubridad de la tarea y la fijó en 6 horas.
El diputado Enrique Rodríguez (Forja 2001) argumentó a favor del proyecto: “Hay quien dice que la Legislatura no puede legislar sobre este tema. Yo les contesto que Subterráneos es una empresa de la ciudad, y los diputados de la ciudad podemos fijar el horario de trabajo de sus empleados”, argumentó. Rodríguez fue ovacionado por un centenar de trabajadores que colmó la barra del recinto. Afuera, otro grupo nutrido con banderas de la UTA acompañó la sesión desde el mediodía, con bombos y redoblantes. La ley aprobada ayer prohíbe que se realicen horas extra y establece que la empresa no podrá bajar salarios ni alterar las condiciones de trabajo, seguridad y calidad del servicio.