SOCIEDAD
› UN ASALTO A UN BAR DE LA PLATA CON TRES MUERTOS
Madrugada de terror y sangre
En el bar había un policía de civil. Dos asaltantes y el dueño del lugar murieron.Un cliente en pánico se tiró por el balcón.
Pánico, disparos, confusión y muerte: ése podría ser el resumen de la madrugada sangrienta que se vivió en un pub de La Plata, donde un policía de la Bonaerense y tres asaltantes protagonizaron un tiroteo en el cual uno de los dueños del local y dos de los ladrones murieron, mientras que el otro dueño resultó herido. Tal fue el terror que se apoderó de los clientes que uno de ellos saltó del balcón hacia la calle y sufrió múltiples fracturas. Rubén Jara, el policía de civil, quedó demorado, ya que de su arma habrían salido no sólo las balas que mataron a los asaltantes, sino también al menos una de las que acabó con la vida del dueño del lugar. Según algunos testigos, el oficial, que no estaba de servicio, habría confundido a los propietarios del local con los ladrones.
Eran casi las 2 de la mañana y todo transcurría en paz en el pub El Balcón, ubicado en el primer piso de un edificio antiguo de la esquina de las calles 7 y 54. La música se confundía con la conversación de los más de 20 clientes, todos jóvenes de entre 20 y 30 años, entre los que se encontraban los futuros asaltantes. Pero la calma se quebró: repentinamente dos de ellos, identificados como Julio Ascona y Alejandro Díaz, ambos de 21 años, abandonaron su mesa, se dirigieron a la caja y, esgrimiendo un arma cada uno, exigieron a Daniel Ramos, uno de los socios, que les entregara el dinero. Como Ramos se negó, uno de los ladrones accionó el arma tres veces, sin lograr que se disparara bala alguna.
Rubén Omar Jara, de 22 años, oficial ayudante de la policía platense, estaba de civil tomando algo junto a su esposa. Al ver lo que sucedía dio la voz de alto, a la que los delincuentes habrían respondido con disparos. Se generó entonces un tiroteo feroz en pleno salón del local que obligó a los clientes a amontonarse en el balcón, buscando refugio. Entre ellos, al parecer, se metió un tercer asaltante, que se habría arrojado a la calle, y logrado escapar.
Daniel Grassano, el socio de Ramos, de 41 años, fue aparentemente usado como escudo humano por los ladrones: lo alcanzaron tres disparos: uno entró por el tórax, otro por el abdomen y el último le perforó el codo; murió cuando era trasladado al Hospital Policlínico San Martín. Ascona y Díaz, los asaltantes, también murieron. El primero falleció cuando lo asistían en el Hospital San Roque de Gonnet, mientras que Díaz cayó en el baño de mujeres, cuando intentaba ocultarse. Por su parte, Mariano Francisco, el cliente que en su desesperación se arrojó por el balcón, sufrió múltiples fracturas y lesiones y fue trasladado también al San Martín, donde horas después fue intervenido quirúrgicamente. Daniel Ramos recibió un tiro en el pulmón, por lo que también fue internado.
Tomaron intervención en el caso, caratulado como “tentativa de robo, abuso de arma, atentado y resistencia a la autoridad, triple homicidio y lesiones”, el juez Néstor De Aspro y el fiscal Daniel Urriza. Este último dispuso la detención preventiva del oficial Jara en el Cuartel Central de Bomberos ya que se sospecha que los disparos que impactaron en ambos socios pudieron ser efectuados por él.
De hecho, aunque la fiscalía sostuvo que todavía no estaban listos los resultados, Edgardo Mastrandrea, abogado patrocinador de la familia de Grassano aseguró a Página/12 que “la autopsia realizada al cuerpo de Grassano demostró que la bala que penetró su abdomen salió del arma del policía, una 9 milímetros, mientras que los otros dos disparos parecen mostrar un orificio similar”. Respecto del tiro recibido por el otro socio, Ramos, Mastrandrea agregó: “Al parecer, la bala que lo hirió fue disparada también por el policía, ya que la hermana de Ramos comentó que vio cómo le disparaba confundiéndolo con un ladrón”.
En el lugar se secuestraron cuatro armas –lo que refuerza la hipótesis de la presencia de un tercer ladrón–: la 9 milímetros del policía, dos revólveres calibre 32 pertenecientes a los delincuentes fallecidos y una cuarta cuyo calibre no fue especificado. En los próximos días declararán ante el juez los 21 testigos del caso.
Producción: Darío Nudler.