En un colegio, los alumnos son mortificados por los preceptores. De vez en cuando reciben algún golpe. Los celadores dicen, a los chicos no se les pega... fuerte. Para prohibir los castigos físicos y tratos humillantes a niños y adolescentes, el Parlamento de Uruguay acaba de aprobar una ley que elimina la violencia como un medio de disciplina. Ahora, la iniciativa deberá ser promulgada por el gobierno de Tabaré Vázquez.

Con ese objetivo, los diputados derogaron el artículo 261 del Código Civil, que establecía que “los padres tienen la facultad de corregir moderadamente a sus hijos”. Y extendía esa facultad a los maestros y tutores.

Además, introduce modificaciones en el Código de la Niñez y la Adolescencia. La flamante ley, impulsada por el oficialista Frente Amplio, fue sancionada con 48 votos a favor.

El proyecto impide “el castigo físico o cualquier tipo de trato humillante como forma de corrección o disciplina de niños, niñas y adolescentes”. Sin embargo, no prevé sanciones para quienes violen la norma.

Durante el debate en el recinto, los legisladores del Frente Amplio sostuvieron que la norma “busca establecer pautas sociales e inhibir prácticas que lesionan” los derechos de los niños. “No implica no ponerles límites” a los más pequeños, sostuvo el diputado oficialista Edgardo Ortuño.

En tanto, el diputado Sergio Botana, del Partido Nacional, consideró que la propuesta “limita el poder de los padres y perfora la institución familiar”. La norma, que surgió tras una recomendación del Comité Interamericano del Niño, dispone que el Instituto del Niño y el Adolescente (INAU) lleve adelante programas de “sensibilización y educación” destinados a padres, docentes y tutores.