Una nueva prueba de laboratorio permite detectar, a partir de una muestra de sangre y con 99 por ciento de certeza, la presencia de células cancerosas: esto permitiría monitorear con precisión los tratamientos, estudiar mejor las metástasis y, eventualmente, lograr diagnósticos tempranísimos. El método, desarrollado en la Universidad de Harvard, Estados Unidos, hace pasar la sangre –menos de tres centímetros cúbicos son suficientes– por un chip de unos seis centímetros cuadrados en el que hay 78.000 microbastones de silicona; los bastoncitos de ese ínfimo peine están impregnados de un anticuerpo que a su vez reacciona con una proteína presente en las células cancerosas y ausente en las normales. El dispositivo –aún no disponible comercialmente– permite detectar una célula cancerosa entre mil millones de células sanguíneas normales. Testeado en muestras de 116 pacientes con metástasis, dio positivo en 115: 99,1 por ciento de efectividad. Como contraprueba, dio negativo en 20 muestras de voluntarios sanos. Los datos se publican hoy en la revista Nature. La investigación también efectuó un seguimiento de nueve pacientes bajo tratamiento y encontró correlación entre la variación en la cantidad de células tumorales en la sangre y la variación en el tamaño del tumor. Esto permitiría encontrar más rápidamente el tratamiento adecuado para cada paciente, ya que “actualmente, el tratamiento de cada paciente se efectúa en gran medida por ensayo y error”, según Daniel Haber, director del Centro de Cáncer del Hospital General de Massachusetts, donde el equipo de Harvard efectuó su investigación. También se investigó a siete pacientes con cáncer de próstata en etapas tempranas, y en todos fue posible encontrar células tumorales en la sangre. Según Jona-than Uhr, de la Universidad de Texas, quien comentó el estudio en Nature, el nuevo método “permitiría incluir la detección de células tumorales como parte de exámenes médicos de rutina, para lograr diagnósticos más tempranos”.