Ocurrió en el ramal que une Mendoza con Buenos Aires y se usa solo para cargas. Una locomotora partió sóla de una estación mendocina y recorrió más de 200 kilómetros hasta que pudo ser frenada. Tanto la empresa concesionaria como el gremio creen que fue sabotaje.
La locomotora que funciona sin maquinista existe y está en la Argentina. Claro que no se trata de una máquina de última generación que se maneja por telecomando, sino de una vieja diesel que sencillamente salió a andar sola, sin su conductor. La locomotora hizo así más de 200 kilómetros sin otro control que el de las vías que le marcaban el camino, durante casi cuatro horas. Hasta que por fin los responsables de la operación de la línea ferroviaria lograron detenerla, no con un abordaje al estilo del Lejano Oeste, sino con otra locomotora, algo más grande, que circulaba en el mismo sentido y la fue frenando de a poco. Ocurrió ayer entre la provincia de Mendoza y la de San Luis, en la línea ferroviaria que une Buenos Aires con Cuyo y que desde 1990 se utiliza solo para transporte de carga. La empresa que administra esa línea sospecha que se trató de un sabotaje. Lo mismo piensan dirigentes del gremio La Fraternidad, que nuclea a los maquinistas.
El trayecto de la locomotora comenzó en la estación Palmira, a 35 kilómetros de la ciudad de Mendoza. La protagonista del episodio fue una locomotora General Motors GA8, de mediano porte –unos diez metros de largo– que no se usa para arrastrar convoyes de carga sino para armar formaciones en la playa de maniobras que funciona en Palmira. La máquina partió de allí, en el segundo punto de su velocidad –en una escala que va del uno al ocho–, lo que le permitió alcanzar velocidades de 30 a 70 kilómetros por hora.
Para que la locomotora se ponga en marcha, es necesario, por supuesto, que el motor esté encendido, que no esté activado el freno de mano, y que esté puesta una de las marchas, al igual que las velocidades de un automóvil. “El maquinista, cuando bajó, dejó la máquina en marcha pero con el freno puesto. Por eso pensamos que puede tratarse de un sabotaje”, dijo a Página/12 Ariel Coria, secretario adjunto de La Fraternidad.
La máquina atravesó pequeñas poblaciones y numerosos pasos a nivel antes de detenerse, en una carrera que puso en vilo a los habitantes de esos pueblos: las autoridades locales dispusieron en cada lugar operativos de seguridad para evitar accidentes. Hubo tres intentos de abordar la máquina para frenarla, hasta que se optó por desviarla hacia una vía con pendiente en subida y frenarla con una locomotora de mayor porte.
El operativo para frenar a la máquina descontrolada estuvo a cargo de la empresa América Logística Latina (ALL), una compañía de capitales brasileños, concesionaria del servicio de cargas de la ex Línea General San Martín. En esa línea, que une la estación Retiro con la ciudad de Mendoza, no circulan trenes de pasajeros desde que el ramal fue privatizado, en la década del ‘90. ALL, por su parte, también explota el ramal de cargas que une la ciudad de Buenos Aires con las provincias de la Mesopotamia.
La empresa se puso en contacto con personal policial, de bomberos y de defensa civil para cubrir los pasos a nivel, con el fin de evitar accidentes. En tanto, desde una radio local, la policía recomendó precaución a todos los automovilistas de la zona cuando cruzaran a nivel las vías del ferrocarril.
Después de los pueblos de La Paz y Beazley, en territorio de La Pampa, la locomotora tenía dos desvíos posibles: ir hacia Villa Mercedes o hacia Justo Daract. Se optó por esta última vía, que tiene una pendiente en subida. La máquina se detuvo a la altura de la localidad de cazadores.
“Se aprovechó el terreno de contrapendiente hacia donde fue derivada la locomotora mecánicamente para por fin frenarla con otra máquina que, circulando en la misma dirección, pero ubicada adelante, funcionó como freno”, explicó Hernán Pesqueira, gerente de Relaciones Institucionales de ALL. La locomotora necesitó 1500 metros para detener su marcha definitivamente, y lo hizo por las condiciones del terreno y la resistencia que tuvo que ejercer al encontrarse con otra máquina, de mayor porte y más lenta frente a ella.
“La maniobra evitó que siguiera circulando por horas, ya que contaba con 2000 litros de combustible”, trascendió entre el personal de la empresa, que intentó detenerla, durante el vertiginoso recorrido por San Luis.
Como se dijo, la empresa manejó como hipótesis más fuerte la idea de un sabotaje, pero con el transcurrir de las horas evitó avanzar sobre la especulación y dejó en claro que “se investigarán los hechos para determinar el origen del problema”. “Nos inclinamos por pensar que se trató de un sabotaje llevado adelante por un tercero, porque la máquina se encontraba en punto de locomoción”, dijo Pesqueira.
Pesqueira agregó que “en todo momento desde la empresa estuvimos controlando la situación, y que más allá de las versiones que hayan circulado, en ningún momento el tren estuvo a la deriva”. “Nuestro equipo trabajó en todo momento de una manera eficaz, no poniendo en juego vidas ni bienes materiales”, sostuvo Pesqueira.
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