Uruguay se convirtió en el primer país de América latina en legalizar la unión civil de parejas homosexuales en todo su territorio, luego de que ayer el presidente Tabaré Vázquez promulgara una ley que regula las “uniones concubinarias” de distinto o igual sexo. Se trata de una norma impulsada por el oficialismo, que garantiza una serie de derechos y obligaciones para las parejas homosexuales que convivan más de cinco años: asistencia recíproca, creación de sociedad de bienes, derechos sucesorios, pensiones por fallecimiento y otras cuestiones vinculadas con la seguridad social. La ley entrará en vigencia en 2008 y contempla la creación de un registro donde podrán inscribirse parejas de cualquier orientación sexual, al amparo de los mismos derechos de los que gozan los heterosexuales. El diputado uruguayo Diego Cánepa, redactor del proyecto original, consideró que esta norma “profundiza la democracia, protege la diversidad y deja de lado la discriminación en materia legislativa”.