Junto con los empresarios y un grupo de trabajadores en actividad, anunciaron que “no habrá reincorporaciones”.
“No serán reincorporados... Están agotadas todas las instancias”, dijo ayer Ariel Fassione, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Juegos de Azar (Aleara), en una conferencia de prensa conjunta con la empresa concesionaria del casino flotante, frente al acceso principal de una de las embarcaciones. El dirigente gremial hizo saber incluso que “se intentará llegar a un acuerdo económico” con los cesanteados. Mientras tanto, los trabajadores despedidos reclamaron a la cartera de Trabajo que intervenga en el conflicto. “Hasta que no reincorporen al último compañero vamos a seguir con el acampe”, afirmó a Página/12 Gastón Platkwoski, uno de los delegados.
Los dirigentes de Aleara –gremio conducido por el macrista Daniel Amoroso– están enfrentados con los delegados que fueron despedidos, respaldados por la izquierda.
De la rueda de prensa, además, participaron representantes del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos, de otros cuatro gremios que tienen personal en la embarcación, y decenas de trabajadores que cumplían su turno en la embarcación anclada en la Dársena Sur de Puerto Madero. Gustavo Ratti, director de Recursos Humanos del casino, sostuvo que “bajo ningún punto de vista serán reincorporados”.
Fassione acusó a los despedidos, que permanecían a varias cuadras del ingreso al casino flotante, custodiados por la Prefectura Naval, de “emprender agresiones constantes” y sostuvo que “su único camino para resolver la situación parece ser llevar mochilas con piedras”.
Sobre la avenida Alicia Moreau de Justo, los trabajadores despedidos se apostaron en el acceso al casino, para intentar frenar el ingreso de una veintena de combis que transportaban a los empleados de la sala de juego. Allí se habían apostado más de un centenar de efectivos de la Prefectura, que forcejearon con los manifestantes.
Fassione advirtió que por el conflicto “corren el riesgo de perder el puesto de trabajo dos mil personas más”. Desde la empresa concesionaria del casino flotante argumentaron que por la inactividad generada por el conflicto se “perdió mucha plata” el casino. “Cada vez que el Ministerio de Trabajo convocó a una mesa de diálogo, la empresa nunca se presentó”, se quejó el delegado Platkwoski.
A pocos metros de la entrada del barco casino, los trabajadores despedidos reclamaban su continuidad laboral. Alrededor de las 14.30, los manifestantes realizaron una sentada sobre la avenida Alicia Moreau de Justo, a la altura de la avenida Garay, para tratar de impedir el acceso de autos y combis con trabajadores al predio. Entonces, decenas de prefectos avanzaron y obligaron a retroceder a los trabajadores.
Tras los enfrentamientos los empleados cesanteados regresaron al punto en el que acampaban, donde recibieron el apoyo de un millar de manifestantes que marcharon en la tarde de ayer desde Parque Lezama. Entre otros, la CTA, el gremio telefónico, trabajadores de los hospitales Francés y Garrahan. Además, participaron agrupaciones de izquierda. Y en la Catedral dos empleados seguían encadenados, mientras otros permanecían en la Plaza de Mayo, en reclamo de su reincorporación. “Nos echaron por reclamar mejores condiciones de trabajo. De 131 embarazos en los últimos ocho años, un tercio tuvo complicaciones por las condiciones laborales”, apuntó Platkwoski.
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