Las primeras semanas de enero en la costa, por lo menos en Gesell y en Mar del Plata (ver aparte), arrancaron con un nivel “muy exitoso” en materia de cantidad de turistas, de acuerdo con la visión de las autoridades, entre ellos el secretario de Turismo de la provincia de Buenos Aires, Germán Pérez. De todos modos, el ojímetro, en las playas y en las ciudades, parece señalar de manera empírica que los visitantes no son tantos, salvo los aluviones que se producen cada fin de semana. “La temporada fue muy exitosa en la primera quincena y tenemos un nivel de reservas para la segunda quincena del mes que nos está indicando que este año vamos a estar un cinco por ciento por encima del año pasado”, aseguró Pérez en diálogo con Página/12. Esos números son los que se mencionan, en forma oficial, en Gesell, aunque los operadores inmobiliarios reconocen que al menos “un 25 por ciento de la oferta” de casas o departamentos en alquiler sigue desocupada. En este caso influyen los incrementos en los valores, que este año, en el caso de los alquileres, oscilaron entre el 20 y el 45 por ciento.

“En los hoteles, el incremento, respecto del año pasado, fue del 15 por ciento aproximadamente, pero en los alquileres el aumento fue mayor”, le dijo a este diario la encargada del hotel De la Plaza, ubicado en la zona céntrica de Gesell. De acuerdo con las cifras dadas a conocer ayer por la Secretaría de Turismo y Cultura de Gesell, durante los primeros quince días del año llegaron a la villa 249.641 turistas, la gran mayoría de ellos en vehículos particulares y en ómnibus. Los datos estimativos fueron aportados por la empresa Camino del Atlántico, merced a la medición que se hizo en los cruces de las estaciones de peaje de Mar Chiquita, La Huella y Madariaga. La cifra de este año supera levemente a la de 2007, cuando llegaron 241.055 viajeros.

De acuerdo con la información oficial, en Gesell los hoteles cuatro estrellas están ocupados en un 72,9 por ciento, mientras que los de tres llegan al 73,9 por ciento. Los de dos y una estrella llegan, por su parte, al 79,2 y al 65,6 por ciento. En los 12 campings que hay en Gesell, la ocupación es del 63 por ciento. Si se comparan los datos con el año anterior, todos los números de 2008 están por debajo, salvo el de los campings, que supera en 1,4 puntos al de 2007. A pesar de eso, igual se dice que hay 8586 turistas más que el año anterior.

El secretario de Turismo bonaerense, Germán Pérez, reconoció que este año “no hay tanta previsibilidad porque en algunos casos el promedio de estadía bajó, pero al mismo tiempo aumenta la frecuencia de visitas por un mismo turista y su grupo familiar”. Pérez insistió, entonces, que esta temporada “que empezó muy fuerte en diciembre será más extensa (iría más allá de febrero y marzo) y será más equilibrada en la proporción”. Por todo ello, se adelantó a calificarla como “muy exitosa”. En Gesell, lo que advierten los comerciantes es que “hay menos gente, pero más gastos por persona, lo que indica que viene un turista con mayor nivel adquisitivo”. Los empresarios coinciden en que otros años “venían muchos jóvenes, tentados por el festival de rock. Eran personas que hacían número, pero gastaban poco. Eran gasoleros a la hora de comer y muchos de ellos dormían en la playa o en las calles de la ciudad”.

La caída mayor, en Gesell, se observa en el rubro alquileres. Los datos oficiales dicen que hay una ocupación del 65,9 por ciento, contra el 80,9 por ciento del año pasado. Hay que tener en cuenta que en la villa, los hoteles cuentan con 19.500 plazas, contra las 95 mil que reúnen las casas y departamentos. “Si hay menos alquiler, hay menos gente, es obvio. Cuando menos, hay menos gente con estadías de una semana o más”, admitió uno de los operadores inmobiliarios consultado por Página/12. De todos modos, ayer por la tarde se produjo la llegada en masa de un importante número de vehículos que produjeron grandes embotellamientos en las avenidas 2, 3 y 4. “El tiempo acompaña, los turistas no pueden fallar”, comentó una de las camareras de Cachavacha, en 3 y paseo 108, mientras observaba el ingreso de “los blanquitos” que llegan ávidos de sol y mar.