El autor de la violación de una joven profesora de gimnasia del barrio de Núñez, ocurrida el pasado miércoles, podría ser un atacante serial. La Asociación de Ayuda a Víctimas de la Violación (Avivi) denunció que otros testimonios de mujeres “coinciden en que el agresor da a elegir a quienes ataca entre ser asesinadas o sometidas”. Pero el dilema que impone a quienes somete no es más que el corolario de un modus operandi “que se repitió seis veces en la zona”. Las integrantes de Avivi sostienen que el atacante realiza un estudio de la zona y la vida de la elegida. Llegado el día, escala paredes e irrumpe por ventanas abiertas, se abalanza sobre las mujeres mientras duermen, las ata y venda con ropa interior. Según Isabel Yaconis, de Madres del Dolor, aunque el presunto violador serial revuelve la casa, no se trata más que de una pantomima: “La violación no es resultado de una situación de robo, sino que, más bien, es el robo el que viene adosado”.

La última víctima fue una joven de 27 años, profesora de gimnasia, que fue asaltada y violada el miércoles en su departamento de Arcos al 3400, Núñez. El violador trepó por la persiana de un local de la planta baja, hasta una ventana del primer piso, que estaba abierta para ventilar el ambiente, por el sofocante calor. En el barrio se había cortado la luz. Hacia las 5.30 de la madrugada, el hombre se abalanzó sobre la docente mientras dormía. Luego de atarla de manos y pies y amordazarla con ropa interior, dio vuelta la casa entera buscando hacerse con plata.

Tras 20 minutos de escuchar cómo el asaltante abría y cerraba cajones y puertas de muebles, la profesora de gimnasia escuchó algo más aterrador: la voz del atacante, cerca de su cuerpo, oliendo a vino. Le daba a elegir entre dos opciones imposibles de elegir: “¿Preferís que te viole o que te mate?” Minutos después, la joven sentía una toalla entre sus piernas borrando los rastros del delito cometido. El violador escapó con el dinero conseguido por la misma ventana por la que entró.

Cuando reaccionó, la joven llamó a una amiga para pedirle que hiciera la denuncia. Poco después, la profesora era trasladada al hospital Pirovano. Los hechos fueron caratulados como “robo con escalamiento y nocturnidad, privación ilegal de la libertad y abuso sexual”. Según denunciaron Madres del Dolor y Avivi, no se trataba de un debutante. Vivian Perrone, titular de Madres del Dolor, precisó otros cinco casos “confirmados” el 9 y 14 de septiembre, el 3 de octubre, otro más ese mes a una mujer de 65 años y el 26 de noviembre, presuntamente cometidos por el mismo agresor. Isabel Yaconis, de la misma asociación, explicó a Página/12 que esos hechos se extrajeron de informes del Programa de Atención a Víctimas de Violencia, en base a denuncias en Barrio Norte, Palermo, Belgrano y Núñez. Todos los casos se dieron de madrugada y fueron obra de un hombre “grande y pesado”.

La titular de Avivi, María Elena Leuzzi, contó que los testimonios de víctimas coinciden en “que se les da a elegir entre morir o ser violadas, se las ata y amordaza con prendas de vestir y el atacante trepa paredes o rejas para llegar a sus habitaciones”. Otra señal repetida es “que ataca a mujeres solas”, por lo que se cree que “realiza un estudio previo de la víctima”. “Este violador serial no ataca todas las noches, se toma un mes entre ataques, estudia la zona, sigue a las mujeres, o tal vez conoce el barrio a través de un reparto”, siguió Leuzzi, en diálogo con Página/12.

La psicóloga de Avivi Sandra Barilari considera que “la elección que propone responde a la conducta perversa que es parte de la estrategia de los violadores”. Pero las mujeres sienten la muerte antes de la aparente dicotomía presentada por el atacante: “Siempre se siente que el violador puede matar, por eso se habla de sobrevivientes de violaciones. El agresor negocia la preservación de la vida a cambio del ataque sexual”, concluyó.