Mié 06.02.2008

SOCIEDAD  › OPINION

Miles de Ramonitas

› Por Cecilia Merchan *

Desde el Programa de Fortalecimiento de Derechos y Participación de las Mujeres Juana Azurduy consideramos necesario aportar nuestra mirada acerca del asesinato de Ramoncito, difundido por Página/12 el domingo pasado. Indignadas y conmovidas por la crueldad de los hechos, no nos conformamos con catalogar esta atrocidad como un rito satánico ni como un hecho aislado. Estamos convencidas de que forma parte de una trama nacional de oscuros negocios vinculados con el tráfico de drogas, con la trata de personas y con la explotación sexual. Por la ferocidad del crimen, creemos que debe convertirse en un límite infranqueable que obligue a quienes tenemos responsabilidades legislativas y ejecutivas a hacer cumplir la legislación vigente y a investigar la posible participación o complicidad de políticos y empresarios en este tipo de hechos.

Ramoncito tenía 12 años y sobrevivía pidiendo monedas en la terminal de colectivos de la localidad de Mercedes, Corrientes. Ramonita, de 14 años, lo conocía de la escuela. Manipulados y obligados por adultos, ambos fueron víctimas de un siniestro sistema de abuso y explotación sexual. A Ramoncito lo mataron con extrema crueldad y perversión. Ramonita está internada en un instituto de menores y con apenas 14 años ya tuvo dos intentos de suicidio. Según datos de Unicef, en el año 2006 unos 3500 niñas, niños y adolescentes sufrieron algún tipo de violencia sexual, que puede llegar incluso hasta la explotación comercial en prostíbulos.

Es hora de que empecemos a llamar a las cosas por su nombre. Allí donde hay abuso y trata de personas, hay delito aunque esté “disfrazado” de rito satánico, del mismo modo que cuando se estigmatiza y se habla de crímenes pasionales. Si a cada hecho de violencia vamos a buscarle una causa individual, no estamos abordando el problema como corresponde. Es responsabilidad del Estado nacional, de los gobiernos provinciales y locales que la legislación vigente no termine siendo letra muerta. Es necesario que se avance en la legislación, prevención y promoción de la problemática. La violencia, la explotación y el asesinato son producto de situaciones de abuso de poder que se enmascaran con distinto tipo de estigmatizaciones. En nuestro país hay miles de Ramonitas y Ramoncitos, víctimas de la trata y del abuso, no miremos para otro lado.

* Diputada nacional de Libres del Sur. Bloque Encuentro Popular y Social. Coordinadora honoraria del Programa Nacional de Fortalecimiento de los Derechos y Participación de las Mujeres Juana Azurduy.

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