El secretario de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, tomó la posta de la implementación de la Ley de Educación Sexual en la cartera educativa. Al llegar al Palacio Pizzurno de la mano del ministro Juan Carlos Tedesco, Sileoni propuso encargarse del tema, después de la exitosa experiencia de la ciudad de Buenos Aires, donde se aprobó una ley a mediados de octubre de 2006, durante su gestión como secretario de Educación porteño. Pero prefiere guardar silencio mientras busca consensos. Es la fórmula que la dio resultados en el ámbito porteño. Después de encontronazos con el Arzobispado de Buenos Aires, el gobierno porteño pudo trabajar en forma conjunta con la Vicaría de Educación en la capacitación de docentes de escuelas confesionales.

La ley porteña se demoró varios años por la fuerte resistencia de los sectores conservadores. Llegó casi en simultáneo con la ley nacional, pero está más avanzada en su implementación. Aunque todavía no se imparte en todos los colegios, hay capacitación docente y materiales curriculares. “Sabemos que muchos colegios confesionales la están cumpliendo, pero no en todos. Más por el desorden que son las escuelas que por una cuestión ideológica. De todas formas, sabemos que en los docentes sigue habiendo miedo y temor a los padres a la hora de hablar de sexualidad”, confió a Página/12 una alta fuente del Consejo de Educación del Arzobispado de Buenos Aires, comprometida con la temática. Y consideró que lo que hace falta para que la ley se cumpla es “una política de Estado que apoye a los docentes” que dan educación sexual.