“Eran las 2.15 de la madrugada cuando recibimos el primer llamado: avisaron que el tren había atropellado a una persona. Cuando llegamos, nos encontramos con el micro a la mitad y el tren descarrilado”, relata Marcelo, que arrancó a los 20 años en el cuartel de Dolores y lleva 17 como bombero voluntario. Es uno de 40 que trabajaron el domingo en el rescate de los cuerpos y la asistencia a los sobrevivientes del choque. Según contó, “se veían escenas tremendas, como una chica con una fractura expuesta en la pierna o los lastimados acostados en una cuneta”.

Por su condición de bombero voluntario, Marcelo no pudo darse el tiempo para conmoverse: “Fue una tarea difícil, hubo que cortar el micro y remover asientos para rescatar a los heridos y a las víctimas fatales. La oscuridad de la noche y el miedo y la angustia de la gente no ayudaron”. Según Marcelo, es “la mayor tragedia” que vio en 17 años como bombero.

Su relato dice que a las 2.15 de la madrugada del domingo, en el cuartel de bomberos voluntarios de Dolores recibieron el aviso de que el tren había “atropellado a una persona”. Pero al llegar, se encontraron con una escena mucho más desgarradora: “Era pánico en medio de la oscuridad, escuchar gritos de adentro del micro mientras estaba cortando la chapa para sacarlos, tener que limpiar de vidrios los contornos de las ventanas para no seguir lastimándolos. Fue todo muy duro e interminable”, relató a Página/12. El trabajo de rescate continuó hasta el mediodía.

Para entonces, a él y sus cuatro compañeros se habían agregado “unos 35 más” para las tareas de rescate de los cadáveres y asistencia y traslado de las víctimas. A Marcelo le tocó acompañar al centro sanitario local a una adolescente que “tenía una fractura expuesta”. “Fue algo que me conmovió, pero pensé que soy bombero y no me puedo quebrar.”

Entonces regresó del hospital y siguió trabajando: “Luego de que llegó la Policía Científica procedimos con el traslado de cuerpos a la morgue local y la limpieza del lugar”, relató. “Aunque fue muy difícil, para nosotros fue un operativo exitoso, porque no hubo fallecidos durante la tarea”, destacó.

Por otra parte, explicó que, como el cruce ferroviario del kilómetro 1 de la ruta 56 estaba bloqueado, los viajantes debieron desviarse “cerca de 28 kilómetros” por ruta 2 hasta el camino alternativo por carretera. Salvo algunos lugareños que, por conocerlos, tomaron caminos de tierra más cercanos. “El tránsito estuvo demorado hasta cerca de las dos de la tarde.” La conmoción en Dolores, comentó, va a durar mucho tiempo más.

Informe: Luis Paz.