Dom 11.05.2008

SOCIEDAD • SUBNOTA  › EL CURA NO QUIERE HABLAR, PERO CRITICA Y MUCHO

“Con mucho odio y resentimiento”

› Por Carlos Rodríguez

“No voy a hacer declaraciones. En realidad, ni siquiera conozco las denuncias y por eso no puedo hablar. Me aconsejaron que no hable, que espere y eso es lo que voy a hacer.” Luego de buscarlo en la casa parroquial y en el Colegio Santa María, el cura de Cañuelas, Mario Slongo, mantuvo una breve conversación telefónica con Página/12. Lo primero que hizo fue ignorar lo que está ocurriendo en el pueblo en el que vive desde hace siete años: “¿Denuncias en contra mío? La verdad es que no las conozco. No sé de lo que me está hablando”.

–Se hicieron cuatro marchas (la de ayer fue la quinta) con más de mil personas. ¿Usted no lo sabe?

–Bueno, sí, pero no tengo conocimiento sobre las acusaciones. Hasta que no haya acusaciones formales, lo que me aconsejaron es que no responda nada. Hasta ahora nunca hablé con la prensa.

–El diario El Ciudadano, de Cañuelas, publicó una entrevista en la que usted habló del conflicto (el 5 de abril de este año). Usted hizo declaraciones a la prensa.

–No fue una entrevista. Habrán tomado declaraciones sueltas, pero no fue una entrevista. Yo no hago declaraciones. Le agradezco que me haya llamado, pero por ahora no voy a hablar.

La entrevista publicada por El Ciudadano ocupaba más de media página y el título era: “Ser un recaudador no significa ser ladrón”. Slongo afirmaba estar muy dolorido por una “movilización cobarde” –protagonizada por los vecinos de Cañuelas– que según su visión del problema, había sido efectuada “con mucho odio y resentimiento”.

“Me dolió mucho porque había alumnos de nuestro colegio insultándome y porque muchas personas que encabezaron esta marcha son las mismas que vienen todos los días a pedir un consejo, a pedir que se las escuche, a pedir ayuda. Esto habla de personas de muy poca fe, de muy poca fe”, dijo el sacerdote cuestionado por sus feligreses. Llegó a calificar de “turba”, es decir de multitud exaltada y bulliciosa, a la protagonizada por los que se movilizaron para exigir que se vaya de la parroquia.

Luego de aclarar que sólo iba a renunciar si se lo pide el obispo de Gregorio de Laferrere, monseñor Juan Horacio Suárez, de quien depende, Slongo relativizó la importancia del rechazo a su gestión pastoral: “Desde el primer momento que llegué a Cañuelas hubo pedidos para que me vaya. Pedidos ha habido siempre”. El periodista le recordó, entonces, que ahora se trata de “puebladas” de las que participan miles de personas. “Si en una iglesia por una manifestación, que es un medio absolutamente inadecuado, vamos a cambiar al representante, me parece que le estamos quitando legítimo derecho a quien debe decidir en estos casos”.

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