“Es un acuerdo histórico. Creo que valió la pena demorarse”, señaló ayer a este diario el ministro de Educación, Juan Carlos Tedesco, al finalizar la reunión del Consejo Federal de Educación donde los representantes del área de todas las provincias plasmaron su firma en el documento que fija los contenidos mínimos de educación sexual que deberán impartirse en todo el país.

–¿Qué aspectos destaca del documento aprobado? –le preguntó PáginaI12.

–Fue el producto de un largo proceso de consultas, debates y búsqueda de consensos. Se aprobó por unanimidad. Tiene un gran valor político. Se aprobaron también estrategias de formación para los futuros docentes y de capacitación para los que ya están trabajando. Se combinan distintas modalidades, cursos, talleres, formación centrada en los equipos de las escuelas para que no haya discursos enfrentados en un mismo establecimiento.

–Distintos relevamientos han encontrado que maestros y profesores no se sienten preparados para dar educación sexual...

–Es cierto. Nadie los formó, especialmente frente a temas como el abuso sexual, las adicciones y cierta constelación de valores que hoy son nuevos como la no discriminación de género.

–¿Qué lugar se les reserva a los padres? Los sectores más conservadores pretenden que sean ellos quienes definan los contenidos y no el Estado.

–La colaboración de los padres en este, como en otros temas, es fundamental. Pero la escuela tiene que hacerse cargo de la educación sexual. No es una cuestión voluntaria, es una obligación. Si algún padre quiere educar a su hijo en ciertos valores puede optar por la educación privada. Estos lineamientos definen aquello que todos tienen que aprender, conocimientos y valores. Se habla de la responsabilidad frente al comportamiento sexual, la no discriminación, el respeto a la vida, a la diferencia, se promueve la solidaridad, una concepción republicana, con valores que todos compartimos. Lo importante es que se crea un marco nacional para las escuelas públicas y las privadas.