Parte por mayor actividad económica, parte por comprimir los gastos, no hay dudas de que la situación fiscal de la Ciudad es mucho más holgada de lo que el macrismo previó en diciembre del 2007. Menos nítida resulta la consecuencia de esta singular bonanza, salvo que la ciudad podría estar asumiendo una deuda que no necesita, pagando por ello un costo evitable.

Los 1600 millones de pesos de deuda previstos en el Presupuesto en curso no resultan extraordinarios frente a un presupuesto de gastos de la ciudad de 13 mil millones. Pero frente a condiciones de mercado menos propicias de las que hace unos meses para tomar obligaciones financieras, eludir esa necesidad implica liberar recursos importantes para áreas vitales.

La Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Legislatura discute un proyecto enviado por Mauricio Macri para colocar un bono en dólares, operación que comenzaría con el otorgamiento de un “préstamo puente” de 200 millones dólares a proveer por el consorcio que se ocupará de aquella licitación. Es el grupo integrado por Barclays Capital Inc, Citigroup Global Inc y Banco Macro S.A., ganador de la licitación para esta labor financiera gracias a que reclamó una comisión muy inferior a sus contrincantes. Pero el negocio estaría en brindar este préstamo a una tasa que podría oscilar entre el 12 y el 14 por ciento anual en dólares.

Una cuenta rápida permite estimar que sólo por los iniciales 200 millones la Ciudad debería afrontar un costo financiero anual equivalente a unos 74 millones de pesos. Eso es similar al presupuesto para todo el año del Hospital Alvarez o del Muñiz. O alcanza para asistir a 19.000 hogares en situación de pobreza con el programa Con Todo Derecho Ciudadanía Porteña. Apenas algunos ejemplos.